Los padres siempre se ven sorprendidos por lo rápido que pasa el tiempo, y parece que en un abrir y cerrar de ojos, los bebés ya dejan de serlo para convertirse en un adolescente que en muchos casos cuesta guiar, porque sus preferencias han cambiado, algunos se sienten inconforme con la apariencia física que tienen, o porque sencillamente se sienten grandes y capaces de hacerle frente a la vida solos, sin ayuda de papá y mamá.
No obstante, la adolescencia es una etapa que inicia a partir de los 12 años hasta los 19 años de edad, y por ende siguen estando bajo la tutela y responsabilidad de los padres; y por esta razón, no se debe abandonar el compromiso de educarlos y hacerlos unos hombres y mujeres de bien.
Para lograr encaminarlos, es de vital importancia establecer límites desde pequeños, cuando inician la escuela y empiezan a tener independencia. Cabe acotar, que se les debe hacer entender que los límites no significan castigos, son solo una guía que nos permitirá formarlos y ayudarlos a desarrollar habilidades como la autodisciplina.
En casa
Ambos padres deben encargarse de la crianza de los hijos, y además establecer los límites, o imponer las reglas dentro o fuera de casa. Lo importante es que deben ser un frente unido, comunicarse constantemente, y negociar cuáles son las reglas a establecer; ya que si los adolescentes reciben mensajes mixtos de los padres, puede ser confuso y no obtener los resultados deseados.
Es fundamental que al momento de establecer los límites, no lo vean como un castigo, por lo que la psicóloga, Rodsella Aragundi, aconseja “enseñarles lecciones de vida o hacer preguntas como “¿qué harías tú en esta situación?”; pues con ello obtendremos información de cómo nuestro hijo manejaría una situación específica; pero también es el momento para aclarar temas de auto-cuidado, seguridad, responsabilidad, entre otros”.
Es necesario no traspasar la frontera del autoritarismo, por lo que el diálogo desde el principio, es fundamental.
¿Por qué colocar reglas?
La psicóloga clínica, señala que los límites enseñan a los niños a regular su conducta, saben qué es permitido, y qué no, “por ejemplo, saber que se debe acostar a las 8:00 pm para poder dormir lo suficiente le permite al niño tener seguridad. En ocasiones los niños pueden probar esos límites, por lo que debemos ser constantes y evitar ceder.”
En cuanto a los adolescentes, es de suponerse que ya han venido cumpliendo ciertas reglas, por lo que “los límites ya deben ser bastante claros; y sí son traspasados, deben haber consecuencias con respecto a la situación donde hubo la falta. Por ejemplo, si le damos permiso al joven para ir a una fiesta y no cumple con el horario de regreso, se le reduce el tiempo de salida, o se le restringe de algún beneficio que tenga”. Esto no es a manera de castigo, sino a modo de que aprenda la lección.
Sí se niega
Quizás en oportunidades te toparas con un adolescente rebelde que se niegue a cumplir ciertas reglas; Aragundi, nos comenta que ante este panorama, lo primero que se debe hacer es preparar el escenario, “es decir, decirle cuáles son los límites en diversas situaciones, con el objeto de que el joven sepa qué esperar y además conozca las consecuencias de no cumplirlas”.
También, señala que es vital analizar cada situación, ser cuidadosos de convertirnos en personas muy rígidas, y además tener la capacidad de poder resolver los problemas, sin gritos, ni maltratos.
La Psicóloga Clínica, acota que detrás de las reglas y límites, los hijos deben comprender que hay padres que se preocupan y desean que sean responsables e independientes; y que seguir estas “molestas reglas” le serán de mucha utilidad cuando sean adultos.
Premio o castigo
Cualquiera sea el proceder del adolescente, lo importante es siempre sentarse a conversar con racionalidad y análisis, sobre lo que hizo, bien o mal; y por tanto olvidarnos del castigo o del premio.
Sin embargo, si actúo mal, se busca la manera de controlar el tiempo del uso de la computadora, por ejemplo, para que entienda que si no cumple con sus responsabilidades, no tendrá derecho a ciertos privilegios.
En caso de que satisfactoriamente esté cumpliendo a cabalidad las reglas, es bueno usar elogios y expresar que notas que está respetando los límites establecidos; pero siempre evitando los regalos físicos. Otra manera de demostrar que aprecias que está siendo responsable, es dándole un poco más de libertad; lo cual para un adolescente es vital, acota Rodsella.
Padres divorciados
“En el caso de padres divorciados, es fundamental la comunicación constante y precisa; los límites deben ser los mismos, tanto para la madre como para el padre; aunque ya no compartan el domicilio”.
Y en el caso de que los padres ya tengan nuevas parejas, se sugiere que también sigan las mismas directrices en cuanto a los límites que se le han establecidos al adolescente; pero en caso de que se presente alguna incompatibilidad, la especialista sugiere que hablen los adultos referente al tema, pero no deben hacerlo frente al joven para que no desautoricen al otro, frente a éste.
De interés
– El momento oportuno para establecer límites a nuestros hijos es desde pequeños, cuando inician la escuela y empiezan a tener independencia.
– Se debe evitar a toda costa el uso del premio como medida de apoyar que ha cumplido con sus responsabilidades; pues se malacostumbrará y no hará nada por convencimiento, sino por la compensación que reciba.
Agradecimiento: Mgter. Rodsella Aragundi, Psicóloga Clínica (Ciudad de Panamá)
2021-01-01
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