La almohada es un elemento esencial para mantener una postura adecuada y conseguir un buen descanso al dormir.
Sin embargo, en el caso de los niños las almohadas no son tan necesarias, los especialistas recomiendan que a los recién nacidos no se les coloque almohada.
La razón es sencilla, el cuello de los infantes es muy pequeño y la cabeza es mucho grande por lo que no es seguro usarlas, puede ser una de las causas de riesgo de asfixia.
Por eso es importante que sepa cuándo puede comenzar a usarlas y conocer los parámetros para escoger la que este acorde a sus necesidades.
¿Cuándo se le pueden colocar almohadas a los niños?
A partir de los 3 años puede colocarle una pequeña almohada, pero eso no es una regla escrita, ya que cada niño es diferentes y su desarrollo también. Tome en cuenta su morfología y las necesidades.
Qué características debe tener una almohada
Debe ser plana y tener una altura de 3 a 7 centímetros. A medida que el niño va creciendo debes ir cambiándole la almohada.
La forma de la almohada debe ser rectangular, para los que están más grandes opte por un tamaño de 40 x 60 centímetros, esto garantizara que los hombros no quedarán elevados y su columna vertebral estará alineada.
Si el niño duerme mejor boca abajo, debe tener una almohada baja. Las almohadas de relleno de algodón son las más recomendadas.
¿Se pueden lavar las almohadas?
1 Sí, se recomiendan lavarla mínimo tres veces al año, pero si vive en un sitio de clima húmedo es mejor cinco lavados.
2 Antes lea la etiqueta que traen las almohadas para verificar que si se pueden lavar, igualmente lave las fundas.
3 Use detergente líquido para lavarlas, si las mete en la lavadora introdúzcalas enrollada, ate dos gomas en los extremo y una en el centro para evitar que la fibra o el relleno que traslade de un lado a otro.
4 Si la secas al aire libre asegúrate que colocarlas planas.
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