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Contrariamente a lo que piensan muchas personas, los hongos no son plantas, a pesar de haber sido clasificados durante muchos años en el reino de éstas por la taxonomía. Es cierto que los hongos se reproducen de una manera similar a los vegetales, pero igualmente guardan relación con los animales por su particular metabolismo, además de contener quitina, un polímero encontrado en el caparazón de los insectos. Ante la ambivalencia, los científicos finalmente clasificaron a esta especie en un reino único: el de los fungi o micetos.
Una de las diferencias de los hongos con las plantas es que estos no tienen clorofila, por lo que su alimentación no se produce mediante el proceso de fotosíntesis. Los hongos toman sustancias de otros seres vivos y las absorben luego de convertirlas en pequeñas moléculas mediante la segregación de ciertas enzimas. A su vez, disponen de agua y sales minerales de su medio ambiente.
La reproducción de los hongos se produce cuando una seta o copa madura, libera millones de esporas, que viajan en el viento, de las cuales algunas caen en un lugar apropiado para germinar y empezar su crecimiento.
Beneficios
El contenido proteico de los champiñones es elevado, puede oscilar entre 1.5 y el 6% de su peso fresco. La digestibilidad de las proteínas está entre 70 y 90%. Poseen entre 3.5 y 5% de hidratos de carbono. Su valor energético es 27 calorías por 100 gramos de peso fresco, por lo cual podemos situarlos entre los alimentos de bajo valor energético. Son ricos en minerales tales como potasio, fósforo, manganeso, hierro y calcio; y en vitaminas B6, B1, C y H, también en ácido pantoténico, ácido nicotínico y ácido fólico. Son bajos en grasas y no contienen colesterol. Además es una fuente importante de fibra dietética.
Historia
El consumo de hongos, sin duda, podría remontarse al hombre primitivo que ingería las plantas que veía crecer a su alrededor. Pero, es con los egipcios, cuando aparecen verdaderos testimonios que constatan su consumo en algunos jeroglíficos. Esta civilización atribuyó a los hongos el poder de la inmortalidad, y su delicioso sabor cautivó a los faraones al punto de prohibir el consumo por parte de los plebeyos. Los romanos sumaron además, un valor afrodisíaco al alimento, lo que originó un decreto para que las tropas no lo consumieran. Otras civilizaciones limitaron los hongos a la mesa de las cortes y palacios o los emplearon únicamente para rituales de carácter religioso.
En la actualidad, gracias a la tecnificación y los avances de la industria agraria, el cultivo de los hongos se hace de tal manera que los costos de producción se han abaratado, y el producto se ha popularizado, alcanzando niveles de consumo cada vez mayores. De esta manera, los más populares, setas y champiñones, no faltan en las recetas de los más exquisitos y reconocidos restaurantes.
Los hongos más codiciados en la gastronomía y que mayor precio pueden alcanzar son las trufas, una especie que crece bajo la tierra en escasos bosques de Europa. A finales de 2004, una trufa blanca de la región italiana de Toscana, alcanzó un precio de 52.000 dólares en una subasta realizada cerca de Florencia. La trufa, de 852 gramos, fue adquirida por el lujoso restaurante Zafferano, ubicado en Londres. Almacenada durante demasiado tiempo y tras el descuido, el codiciado manjar se descompuso. Especialistas italianos solicitaron la trufa, la cual finalmente enterraron al pie de un árbol que se cree sembrado por Américo Vespucio.
2020-09-07
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