El color de ojos del bebé depende de la información genética que transmiten los cromosomas 15 y 19. La herencia genética que recoge el color de ojos del bebé, se transmite no solo de padres a hijos, sino que también tiene en cuenta el color de ojos de los abuelos. El color de ojos se hereda, de una manera similar al color del cabello: los genes para los colores más oscuros son los dominantes.
Para que el bebé tenga un color puro de ojos, todos los genes tienen que ser iguales. Además, hay que tener en cuenta que el color marrón es dominante sobre el verde o el azul.
El cambio en el color de los ojos en los bebés, es muy común. Entre el color castaño y el gris, hay muchas posibles tonalidades, dependiendo de la melanina depositada en el iris, y de la estructura del propio ojo. En los ojos grises, azules, verdes o marrones, existen innumerables matices, que han dado lugar a otros colores, como el avellana, castaño oscuro, aguamarina, e incluso el violeta. Todas estas tonalidades, son singulares e irrepetibles.
No obstante, también se observan ciertas rarezas, como la heterocromía (un ojo de cada color) o los ojos negros (no marrón oscuro) debido a una anomalía llamada aniridia (una enfermedad que provoca la ausencia total de iris). El color definitivo puede determinarse con claridad a partir del año de edad, aunque en torno a los seis meses, ya podremos hacernos una idea del color de ojos del bebé.
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