El hábito de chuparse o succionar el dedo comienza desde recién nacido, hay algunos que empiezan desde el vientre materno, y es que en algunos casos los bebés tienen un reflejo natural que hace que se lleven el pulgar a la boca.
A este hábito los científicos lo llamas “succión no nutritiva” y se trata de reflejos normales que se dan entre la trece y dieciséis semanas de embarazo. Se cree que este reflejo lo realizan los bebés para calmarse o poder dormir.
Sin embargo, deja de ser “natural” cuando este hábito supera los cuatro años de edad, en esta situación los expertos sugieren chequear y reconducir esta conducta.
Consecuencias de chuparse el dedo
Si el niño continúa con este hábito por mucho tiempo es motivo de preocupación, es especial si está en la etapa que aparecen los dientes permanentes.
Problemas de malformación en su boca
Se pueden acostumbrar a morder con sus dientes molares.
Deformación del paladar
Piel agrietada o daño al tejido cutáneo del dedo
Enrojecimiento
Dientes desplazados
Aparición de infecciones estomacales
Los maxilares superiores no se desarrollan al 100%
Los expertos recomienda ir quitándoles este hábito desde temprano, ante de los 3 años para evitar el riesgo de tener problemas con los dientes.
¿Cómo conseguir que abandone este comportamiento?
1 Los padres deben ser muy pacientes, nada se gana con estar regañándolos a cada rato.
2 Incentívalo a dejar ese hábito.
3 Los niños son muy inteligentes, háblale con franqueza de todas las consecuencias que puede generarle si mantiene esta conducta. En especial si son grandes lo entenderán.
4 Mantén a tu hijo ocupado en actividades divertidas, que impliquen tener las manos ocupadas para evitar el aburrimiento.
5 Una vez que vea que ha avanzado en su lucha por dejar el dedo, felicítalo y motívalo.
6 Recuerda que la comunicación y las manifestaciones de amor, serán la clave para ganarle juntos la batalla.
7 Nunca lo castigues, te burles o le hables con dureza, puedes conseguir en efecto contrario.
8 Si observas que sus dientes no están saliendo como debe ser, consulta con el dentista para verificar si es consecuencia de este hábito.
Buscar ayuda profesional
Cuando los niños son mayores de 5 años y no consigues que deje de chuparse el dedo, lo recomendable es buscar la ayuda y accesoria necesaria, ya que si no se le insta a dejarlo, puede llegar a ser un adulto con el mismo hábito.
Si por encima de los dos años el niño sigue chupándose el dedo, puede hacerlo por distracción, aburrimiento, sueño o miedo.
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