Darwin Enríquez: el primer latino en usar tecnología 3D en la creación de
tatuajes, La Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de
Venezuela contabiliza 6.040.290 refugiados, migrantes y solicitantes de asilo
venezolanos, él uno de ellos. En 2015 migró a Estados Unidos para radicarse en Nueva York y dedicarse a lo que desde sus 20 años le apasionaba: el arte corporal.
Darwin Enríquez
A su llegada comenzó a trabajar en uno de los estudios más importantes del país
norteamericano, el Last Rides Tatto Theatre. Pero sus sueños iban más allá,
deseaba construir un lugar en el que pudiese reunir a grandes talentos
latinoamericanos que, al igual que él, tuviesen amor por los tatuajes.
Así fue como nació Inknatio Studio, en Manhattan, con un concepto distinto al que
se conoce: la tecnología 3D.
Se convirtió en el primer tatuador de América Latina en practicar esta técnica
sobre sus lienzos, lo que le permite ofrecer una mirada vanguardista de un arte tan
amado por muchos y cada vez más cotizado y solicitado, sobre todo porque le
permite estar conectado con la realidad virtual y con todo lo que está ocurriendo
en la era tecnológica.
Con esta práctica ofrece a sus clientes una experiencia avanzada y única, que se
ha convertido en inspiración para quienes siguen su trabajo y también para
quienes desean iniciarse en esta carrera.
Los inicios de un innovador
A dos décadas de su nacimiento, Darwin Enríquez, que para aquel momento vivía
en Valencia, empezaba a dibujar sus sueños, literalmente, en un centro de
tatuajes que funcionaba en su ciudad natal. Desarrolló sus talentos y descubrió
que entre máquinas, tintas, colores, dolor (muy intenso para algunos), estaba su
lugar en el mundo.
Los tatuajes lo atraparon de manera instantánea, como una especie de amor a
primera vista. Ese acercamiento lo cautivó tanto, que finalmente lo inspiró a dar
pasos firmes y a seguir formándose en un mundo que empezaba a conocer, pero
que le atraía con intensidad.
Luego de transcurrido el primer año de haber descubierto su pasión, llegó la
oportunidad de comenzar a trabajar en un estudio profesional. A este gran paso le
siguieron las asistencias a convenciones, los reconocimientos y los premios por
las obras que realizaba sobre la piel.
Entonces decidió migrar por primera vez, Caracas fue la ciudad que lo acogió en
esta aventura que marcaría el principio de una carrera prometedora que se ha
estado consolidando día tras día y que le ha generado la admiración de tantos
amantes de este arte.
En la capital venezolana fue contratado por importantes artistas del país. Fue la
oportunidad ideal para estudiar y aprender de ellos, también para expandir sus
horizontes y conocimientos, para maximizar sus sueños y para seguir dibujando su
camino, ese que había conocido hace un par de años y que le estaba regalando
nuevas experiencias.
Viajó al exterior, conoció nuevas culturas, aprendió de la experiencia de otros,
experimentó nuevos estilos de tatuajes, nuevas formas de realizarlo, compartió lo
que sabía y se preparó para seguir ideando lo que sería su futuro.
Por Wanda López
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