Cambiar de estilo la decoración del hogar suele acarrear reformas costosas, complicadas y que dejan suciedad.
Además, hacer una reforma trae consigo otras implicaciones como estar pendiente constantemente del personal que lo está realizando.
Este tipo de reforma en obra seca nos puede aliviar esa tarea, ya que este tipo no implica la utilización de materiales húmedos. Es un tipo de construcción donde se utilizan materiales en un sistema de montaje que van pegados, clavados o encastrados.
Las obras secas suelen ser rápidas, y no ameritan mudarse de casa mientras las realizan, una de sus principales ventajas decorativas. Esto se debe a que no hay que esperar por tiempos de secado, lo que las hace más ordenadas y limpias.
Cambiar el decorado con obra seca
Materiales
Para estas obras, por no contener materiales húmedos, las opciones se reducen, pero aún así existen variedad de materia prima a utilizar según la superficie a reformar.
Suelos: para estas superficies se suele utilizar materiales como el vinil, el linóleo, el laminado, las tarimas flotantes o la moqueta. Del mismo modo, en el suelo se pueden aplicar técnicas como el microcemento, el pavimento epoxy o de resina.
Paredes: podrás personalizar tus paredes utilizando tabiques que pueden ser placas de cartón yeso que solo deben ser atornilladas a guías metálicas de sujeción. También, la madera es un material para la obra seca. Con ella revestirás tus paredes o crearás divisiones.
Al igual que en el piso, el vinil también puede ser utilizado en las paredes. Pero si te gusta algo menos convencional, puedes optar por el corcho, material sostenible que aporta diseño, aislamiento acústico y térmico.
Como podrás ver, las reformas de obras seca ofrecen grandes opciones con los que dejar tu hogar como nuevo y con el mejor diseño.
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