Enfrentar la ansiedad en posible, sin embargo, esa capacidad también nos hace más vulnerables a caer en este desequilibrio de salud mental. El empeño fundamental lo tienes que poner tú.
Herramientas para ti
Debes ser responsable del bienestar íntegro del cuerpo y la mente, siguiendo estas recomendaciones:
– Respira. Cuando la ansiedad se haga presente, toma unos minutos para respirar lento y profundo, sustituye pensamientos negativos por positivos, para que tu cuerpo entre en balance.
– Come bien. Incluye en tu dieta diaria todos los grupos de alimentos, no te saltes ninguna comida, y agrega meriendas saludables.
– Movimiento. El ejercicio es un gran aliado para contrarrestar los efectos del estrés y la ansiedad. Elige la actividad física que más te guste, y comprométete a dedicarle al menos 30 minutos al día.
– Rutina. Suelen ser agobiantes; durante la jornada de trabajo, haz breves recesos para despejar la mente y hacer estiramientos.
– Actívate. Puede ser en la práctica del yoga, la meditación, los masajes o técnicas de relajación, durante unos veinte o treinta minutos diarios.
– Comparte. Es más sano desahogarnos a tiempo, en lugar de esperar que las emociones nos desborden y nos hagan estallar.
– Planifica. Es menos estresante seguir una agenda, con orden de prioridades en tiempo y espacio.
Enfrenta la ansiedad
– Sueña. Para tener la motivación de alcanzar algo que promete llenarnos de entusiasmo y buena energía.
– Ríe más. Es la mejor terapia antiestrés, antidepresión y antiansiedad del mundo.
– Resiliencia. Es el antónimo de la ansiedad, porque nos da la capacidad de afrontar situaciones difíciles, sobreponernos y salir fortalecidas de ellas.
– Pasión. Hacer cosas que definitivamente no nos gustan, puede hacernos sentir insatisfechos, frustrados y fuera de propósito.
– Deja los prejuicios. Aprende a ver las situaciones en su justa y real dimensión.
– Calma. No porque nos sobrecarguemos de actividades en una apretada agenda, el día deja de seguir teniendo las mismas 24 horas.
Enfrenta la ansiedad, consejos:
Disponte a controlar la ansiedad, en vez de que ella te controle a ti, porque solo tú tienes el poder de elegir buenos pensamientos, hacer actividades que te hagan sentir plenamente feliz, sobrellevar con pie firme y sin temor las adversidades propias de la vida, y seguir adelante.
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