Gabrielle Chanel, es el nombre real de Coco Chanel. La icónica diseñadora francesa que revolucionó el mundo de la moda del siglo XX, por su estilo rebelde y elegante. Aunque comenzó vendiendo los sombreros que confeccionaba, se convirtió en una de las primeras mujeres empresarias al fundar la marca Chanel, en 1910.
La modista de alta costura nació el 19 de agosto de 1883, en Saumur, Francia. De origen humilde, hija de la lavandera Eugénie Jeanne Devolle y el vendedor ambulante Albert Chanel, tuvo cinco hermanos. Al morir su madre, en 1895, fue enviada al orfanato de las monjas cistercienses, junto con dos de sus hermanas, donde recibió una estricta disciplina y aprendió a coser, bordar a mano y planchar.
Siempre fue visionaria, ambiciosa y tenaz. A los 18 años comenzó su carrera usando su destreza con la aguja y el hilo. Al salir del orfanato, se dedicó a la costura y a confeccionar sombreros, labor que compartía con el canto en el pequeño café de Moulins, donde solía interpretar canciones como Ko ko ri ko y Qui qu’a vu á Coco?, por ello la comenzaron a llamar la petit Coco.
Aunque su historia estuvo marcada por el lujo y la elegancia, su vida no siempre fue llena de comodidades. Desde pequeña sufrió muchas carencias, lo que quizás la convirtió en una persona de carácter fuerte, haciéndole honor al significado de su nombre en hebreo, Gabrielle: fuerza y poder.
La fama de Chanel
Mientras cantaba, se enamoró del playboy y rico heredero textil, Etienne Balsan, con quien vivió en el castillo Royalieu en París, y conoció la opulencia. También le sirvió para relacionarse con personas influyentes, como Arthur Edward “Boy” Capel, otro joven millonario inglés y jugador de polo, con el que Coco comenzó un romance en 1908.
Balsan la apoyó económicamente para que se abriera camino como empresaria en la capital francesa. Comenzó su emprendimiento en 1909 con la fábrica de sombreros, cuya sede era el apartamento que compartía la pareja. Al año siguiente, inauguró su primera casa de modas.
Después se unió sentimentalmente con el joven Arthur Capel, con quien mantuvo nueve años de relación. Se dice que fue el gran amor de su vida.
Al igual que su anterior amante, en 1913 Capel la ayudó a financiar una boutique en Deauville, donde introdujo la ropa informal de lujo, orientada al ocio y al deporte.
La razón de que estos préstamos bancarios no fueran solicitados por Chanel, es que en ese momento los créditos solo estaban permitidos para los hombres.
En 1919, el joven murió repentinamente en un accidente, lo cual afectó emocionalmente a Coco, por ello decidió guardar luto, y comenzó a ser vista con trajes oscuros. En ese momento se impone su espíritu empresarial, y sacó al mercado el famoso vestido negro que se convirtió en todo un éxito para su marca.
También lanzó el clásico perfume Chanel N° 5. El diseño del frasco fue inspirado en la botella de cristal donde su amado guardaba el whisky.
Su carrera de modista estuvo signada por el esfuerzo y el talento. Consiguió tener un capital que le garantizaba cierta autonomía y le permitía vivir cómodamente, viajar, relacionarse con artistas famosos como Pablo Picasso, Igor Stravinski y Salvador Dalí, entre otros, y frecuentar círculos sociales distinguidos.
Su consagración
Entre 1916 y 1921, Coco logró consolidar su emporio comercial. Lanzó la controversial colección de pantalones y chaquetas, prendas que para la época solo estaban reservadas para los hombres. Creó el logo CC, que se mantiene 100 años después.
Desde sus inicios, sus modelos fueron de corte sencillo, cómodo, elegante, femenino y moderno. Entre los colores predominantes de sus prendas están el blanco y el negro. Rompió esquemas, usando perlas de bisutería y joyas de metal, un look que transcendió su época.
Antes que Coco Chanel, ninguna mujer se había atrevido a vestirse de negro, lo que junto al bolso del mismo color, se convirtieron en su marca de identidad.
Coco Chanel nunca se casó ni tuvo hijos, murió tras sufrir un ataque al corazón, el 10 de enero de 1971, a la edad de 87 años, en una habitación del exclusivo hotel Ritz, donde residía desde hacía mucho tiempo.
Aunque comenzó prácticamente de la nada, tenía un concepto muy arraigado de la importancia del dinero y la riqueza, lo cual se refleja en una de sus frases: “Las mejores cosas de la vida son gratis. Las segundas mejores son muy, muy caras”.
Por Pedro Castillo
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