Juan Pablo Dos Santos es la cara más visible de la fortaleza y del empuje. Ha asumido su doble amputación de piernas como algo que simplemente no va a cambiar, por eso usa su tragedia para brindar motivación a quienes creen que la vida se acaba por una nimiedad.
Tenía 20 años cuando un accidente de tránsito en la autopista le arrebató sus piernas y sus sueños de ser futbolista. Luego de tres días en coma se despertó amputado y con una deuda que superaba los 100.000 dólares. “Creo que en ese momento lo más importante fue aferrarme a mi familia y al deseo de volver a estar bien, incluso cada una de las personas que tuvo la valentía de acompañarme en esos días en la clínica y hacer un aporte económico fueron aliento y empuje para poder sobrellevar esta situación. Luego se fue convirtiendo en un reto personal que debía superar para tener una vida lo más normal y corriente como antes”.
Un protesista se atrevió a decirle que no volvería a caminar por lo menos en tres años, algo que golpeó su orgullo y lo hizo levantarse aún más rápido de lo que cualquier “experto” podía vaticinar. “Los procesos de cada persona son diferentes. Mi situación era irreversible, tenía que aceptarlo porque seguirme negando y preguntándome por qué me había pasado no haría que crecieran mis piernas. Me apoyé mucho sobre afectos cercanos, sin duda mi mamá fue un pilar fundamental, la novia que tenía en ese momento, mis amigos, mi hermano… Cada persona que estuvo allí para dar una donación o una palabra de aliento era un abrazo en silencio que reconfortaba y reconstruía todo lo que estaba roto por dentro”.
Empezar de cero es posible
Perder dos piernas, estar en terapia intensiva, atravesar varias cirugías y sobre todo conseguir prótesis adecuadas representaba una suma tan elevada que los Dos Santos Fernández no tenían. Teresa (madre del ahora conferencista) había criado sola a dos varones porque quedó repentinamente viuda cuando estaba en el quinto mes del embarazo de Juan Pablo Dos Santos. Este accidente sacó lo mejor de conocidos y otros, pues ayudaron incluso a que fuera a Brasil a obtener las piernas ortopédicas y las terapias para aprender a caminar con ellas.
“Recibimos muchas ayudas anónimas y otras que sí llevaron rostro, se hicieron campañas deportivas… Yo nunca vi torneos de bowling pero por mí lo hicieron. Creo que todo mundo desde su nicho buscó la manera de recolectar para que yo pudiera salir adelante”, recuerda.
Hoy en día Juan Pablo es motivador, conferencista, modelo y hasta se convirtió en el primer animador amputado de la televisión venezolana. Incluso preside la Fundación Juan Pablo Dos Santos, una organización benéfica que ayuda a las personas a conseguir las mejores prótesis.
“Tienen costos muy elevados que serían imposibles de pagar por muchos en este país. Por eso trato de ayudar a la mayor cantidad de personas que puedo, ya más de 30 venezolanos -sobre todo niños- están caminando gracias a esta pequeña idea que empezó como el sueño de un joven que quería devolver un poco de lo que había recibido. Lleva casi tres años y no contamos con el apoyo de empresas, del gobierno ni de ninguna asociación: la comunidad de seguidores que he creado por redes sociales se suman y apoyan para que los jóvenes vuelvan a caminar”.
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Pisando fuerte
Una situación tan negativa podría haber tumbado moralmente a cualquiera, pero para este luso-caraqueño fue el comienzo de una vida muy alejada de la venta de pescado como negocio familiar, o de la carrera de Administración de Empresas que estaba estudiando. Incluso las mujeres caen derretidas ante este adonis biónico de casi dos metros de estatura.
“Cuando buscas conectar desde el amor y no solo desde lo físico suceden cosas maravillosas. Las personas con las que me he relacionado se olvidan de que uso prótesis. A veces genera morbo, muchos se preguntan cómo haré, en qué posición… Al final la otra persona solo con un poquito de empatía y respeto va a poder entender que las cosas son un poco más lentas o de una manera diferente, y si en verdad hay amor, cariño y ganas tendrá esa compasión que sin duda hará que podamos pasarla bien juntos”.
Juan Pablo Dos Santos además se ha vuelto la voz de la conciencia en materia social, pues puede demostrar que Venezuela no es un país estructuralmente amable con los discapacitados. “Sin duda la mayoría de los lugares no están adaptados ni tienen accesibilidad, pero siempre hay un venezolano para echar una mano. He hecho muchas campañas para que algunas estructuras sean modificadas y faciliten la vida a quienes viven como yo. Ha sido un trabajo muy lento, por momentos complicado y agotador, pero es una semillita que va creciendo”.
La belleza es subjetiva
Con dos piernas de titanio Juan Pablo Dos Santos se inscribió en el Mister Supranational Venezuela, y aunque estuvo a punto de ganar sorprendió a muchos obteniendo la banda al mejor cuerpo. “¡Es que no podían negar que las piernas más duras las tenía yo! Fue uno de esos intentos por demostrar que todo era posible, por demostrárselo a la gente y demostrármelo a mí. Por aceptarme, aprender a amarme desde otro lugar y sobre todo llevar ese mensaje como escudo, así podré lograr cualquier cosa”.
Por Criss Monterrey @crissmonterrey
Fotos Cortesía
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2024-06-28
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