Su nombre real es Margaret Hilda Roberts, pero en 1951, después de su matrimonio con el empresario petrolero Denis Thatcher, adoptó el apellido de casada. Thatcher tuvo una larga carrera política dentro del partido Conservador del Reino Unido; y, en 1979, se convirtió en la primera mujer jefe de gobierno en Europa.
Tuvo una vida llena de contrastes. Llegó a ser la dama más poderosa del mundo y obtuvo el título nobiliario de baronesa de Kesteven. Fue considerada una de las personalidades más determinantes en la política británica moderna, y murió a los 87 años de un derrame cerebral. Prácticamente sola en una habitación del hotel Ritz, tras sufrir varios años de demencia.
Nació en Grantham, Reino Unido, el 13 de octubre de 1925. Se graduó de Química en Oxford, en 1947, y ejerció cuatro años en la investigación, luego estudió la carrera de Derecho. En 1953 tuvo dos mellizos, Mark y Carol. Falleció en Londres el 8 de abril de 2013.
Inspiraba amor y odio. Su figura aún sigue siendo motivo de análisis y discusión. En 1976, fue etiquetada como la Dama de Hierro por la prensa rusa, debido a su fuerte oposición al comunismo. Fue decisivo para ponerle fin a la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, después de 44 años de conflictos políticos, sociales, ideológicos y culturales.
Se definió por tener un carácter fuerte y decidido, tanto en su vida privada como en los asuntos de Estado. Era de corriente liberal y monetarista. Nunca se amilanó a la hora de tener su propio espacio, en una época donde los hombres controlaban el poder.
Mano férrea
Margaret Thatcher tuvo una ascendente vida política. En 1959 ganó un escaño en el Parlamento (Cámara de los Comunes) y en 1970 fue designada ministra de Educación y Ciencia. En 1975 asumió la presidencia del Partido Conservador, y en 1979 se convirtió en la primera ministra del Reino Unido, por 11 años (hasta 1990). Siendo el período más largo desde 1827.
Al comienzo de su gestión, con una grave recesión económica y desempleo en su país, Thatcher tomó la decisión de implementar fuertes medidas políticas y económicas. Estas afectaron su popularidad, entre ellas la privatización de empresas públicas que mantenían algunos monopolios, la reducción del poder de los sindicatos, para evitar más huelgas. La desregularización del sector financiero y flexibilización del mercado laboral.
Pese a las críticas, los resultados fueron positivos, porque logró reducir la inflación, se reactivaron los puestos de trabajo y la moneda oficial resultó fortalecida.
Gobernó con mano férrea. El triunfo en la Guerra de Las Malvinas con Argentina, en 1982, selló su reelección como primer ministro. Luego, en 1987, fue ratificada en un tercer mandato, con el aval de haber mantenido una posición radical contra Rusia y la creación de la Comunidad Europea. Todo mientras mantenía total cercanía con Washington, debido a su innegable amistad y afecto por el presidente estadounidense, Ronald Reagan.
Margaret, estilo excepcional
Como toda mujer, la Thatcher era amante de la moda. Siempre lucía impecable, marcó tendencia con un look muy femenino y clásico. Vestía traje sastre, falda lápiz y collar de perlas, lo que con el tiempo se convirtió en su armadura.
Hija de una costurera, se las ingenió para crear un estilo excepcional en un mundo machista. Su guardarropa estaba compuesto por una policromía de trajes que usaba en monocolor, pero tenía especial predilección por el tono azul que identificaba a su partido.
Algo que siempre la identificó, fue un peinado con hondas o crespos que le daban cierta elegancia, aunque algunos llamaban “casco”. Sin duda, tenía una estampa que inspiraba respeto y admiración, por ello fue un ícono de la política mundial del siglo XX.
El otro lado de la historia
Toda historia tiene dos caras y, en el caso de Margaret Thatcher, por una parte están sus logros políticos y por otro lado sus adversidades.
Su renuncia como primera ministra y líder del Partido Conservador, se produjo en 1990, luego de las diferencias que surgieron con miembros de su gabinete. Por mantenerse contraria a la Unión Europea. Esta decisión le sacó lágrimas. Ella lo calificó como una traición.
Otro incidente trascendental ocurrió en octubre de 1984, cuando el Ejército Republicano Irlandés (IRA) bombardeó el hotel Brigthon de Inglaterra. Donde se alojaban Thatcher y algunos integrantes del gobierno. La causa de la acción terrorista, de la cual salió ilesa, fue negarse a las intransigencias hechas por miembros de ese grupo. Todo durante las huelgas de hambre en la prisión norirlandesa de Maze en 1980. Después de que la primera ministra decidiera despojarles de su categoría de presos políticos y pasara a tratar a los paramilitares como delincuentes comunes.
La Dama de Hierro siempre tuvo una relación tensa con la reina Isabel II. Ambas tenían marcadas diferencias respecto a la política económica y social que se estaba implementando. La huelga de los mineros y el apartheid fueron dos eventos de alta efervescencia entre ambas. A los cuales Thatcher se oponía con vehemencia y su majestad los apoyaba.
Después de 50 años de vida matrimonial, su esposo, Denis, el hombre que la introdujo en el mundo de la política, murió de cáncer en 2003. Fue un episodio doloroso del que le costó mucho sobreponerse, ya que fue el gran amor de su vida.
Por Pedro Castillo
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