La salsa holandesa, a pesar de su nombre, es una crema clásica de la gastronomía francesa. Suele utilizarse para acompañar huevos benedictinos, pero puedes utilizarla para todo tipo de preparación de huevo en tu desayuno o carnes blancas.
Está elaborada a base de mantequilla y yemas de huevo, y aunque no es nada complicado hacerla, si necesita técnica para montar las yemas para que no se corten.
Como consejo para prepararla, te podemos contar que los huevos deben estar a temperatura ambientes antes de montar. Y durante el montado es mejor hacerlo con batidora eléctrica de varilla.
Durante el montado no debes mover la batidora hasta el momento de incorporar toda la mantequilla. Luego ya podrás moverla de ser necesario.
Sigue nuestro paso a paso para que obtengas la mejor salsa holandesa para acompañar tus comidas.
Salsa holandesa
Ingredientes para 4 personas
200 g de mantequilla
4 yemas de huevo.
Medio limón.
Sal y pimienta negra al gusto.
Preparación
– Comienza clarificando la mantequilla poniéndola a calentar a fuego muy bajo. No debes dejar que hierva. Deja que se funda por completo sin remover.
– Luego de fundir, retira del fuego y deja reposar un par de minutos.
– Una vez que la materia grasa se separe del suero, retira la espuma que de la superficie.
– Retira la grasa y desecha el suero.
– Bate las yemas, que deben estar a temperatura ambiente, junto con el zumo de limón, sal y pimienta al gusto.
– Cocina la mezcla de yema a baño María.
– Una vez listas, móntalas con un batidor de varilla, sin dejar de batir suavemente. Sabrás que están listas cuando incrementen su volumen y se pongan espumosas.
– En ese momento incorpora poco a poco la mantequilla clarificada en forma de hilo batiendo constantemente. La crema se engordará y quedará fina
– Rectifica de sal.
¡Buen provecho!
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