Seguir hábitos alimenticios sanos, ayuda a tu organismo a mantener tu metabolismo activo. Un peso saludable puede prevenir que padezcas enfermedades como la diabetes y elevados niveles de colesterol, la gastritis y el incremento en la acumulación de grasas en el organismo.
Hábitos saludables
Es importante planificar los horarios de las comidas y tomar en cuenta cuáles alimentos consumir y cuáles no. No se trata simplemente de cumplir horarios, es cuestión de tenerlos como hábitos.
Rutina sugerida
Desayuno: se reponen los niveles de glucosa, que es la fuente de energía del cuerpo. Si te desayunas podrás tener una mayor concentración. La hora adecuada para hacerlo es entre las 7:00 y 7:30 a.m.
Almuerzo: entre el desayuno y el almuerzo se pasan unas cuantas horas sin ingerir alimentos, es por ello que el almuerzo te ayuda a reponer energías. Este debes realizarlo entre las 12:00 m. y 12:30 p.m.
Cena: debe ser ligera y a tempranas horas, para permitirle al cuerpo que lo digiera antes de ir a la cama. Lo ideal es que trates de hacerla entre las 6:00 y 6:30 p.m.
Meriendas: es importante que realices dos, una entre las 10:00 y 11:00 a.m. y otra entre las 3:00 y 4:00 p.m., para evitar la ansiedad entre comidas.
No seguir con los hábitos alimenticios, provoca:
Un metabolismo más lento, y causa un aumento de peso, y llegado el momento de comer lo haces sin control, que acabas eligiendo opciones alimenticias poco saludables.
Metabolismo basal
Es el gasto de energía de cada persona es diferente y varía según la edad y el género. Los hombres, por ejemplo, poseen un metabolismo basal más alto que el de las mujeres, ya que ellos suelen perder calorías más rápido que ellas, motivo por el cual a las mujeres les cuesta más bajar de peso.
Requerimientos diarios
Desayuno: se pueden consumir carbohidratos en su justa medida, con un toque de fibra, lácteos y un poco de glucosa. Para endulzar, el mejor aliado es la miel. Si nos gusta el desayuno salado: huevos revueltos, pan con semillas o integral, y una taza de té o café.
Almuerzo: combinar los tres principios nutritivos dentro del mismo plato; las fibras, por medio de los vegetales; las proteínas, con las carnes, quesos y huevos, todo bajo en grasas; los carbohidratos, provenientes de arroz, harinas, masas, pastas, cereales, granos, legumbres…
Cena: para no acostarte con el estómago vacío y procurarte un buen descanso, puede contener ensaladas, huevos, yogur, pescado, cereales y huevos.
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