Las puertas de madera se van deteriorando con el pasar de los años. Ya sea porque pierden la pintura, se rallan o se resquebraja la capa de pintura, o porque la madera al natural se ve vieja y sin brillo.
Ellas le dan entrada a nuestro hogar y salones, por lo que tenerlas prolijas y hermosas, debería ser una prioridad. De este modo, nuestros invitados se sentirán a gusto y bienvenidos.
Darle mantenimiento a las puertas es muy sencillo, solo deberás seguir nuestros sencillos consejos para que tu puerta tenga una segunda vida, sin necesidad de comprar una nueva.
Mantener las puertas
La madera es un material muy utilizado para las puertas gracias a su nobleza, y mantenerlas requiere de esfuerzo periódico, para así facilitarnos el trabajo. Pero si en tu caso, la puerta ya se encuentra en mal estado, toma nota de cómo podrás restaurarla con estos cuatro sencillos pasos.
Decapar
El primer paso a seguir será el retirado de la pintura de la puerta. Si la puerta no está pintada, de seguro tendrá algún barniz que también se debe retirar. Pintar sobre la pintura antigua hará que la puerta no quede con un acabado prolijo y la restauración no sea de calidad, además que no perdurará el trabajo realizado.
Con la puerta fuera de su marco, aplica algún abrasivo o decapante químico. Si estás en un lugar cerrado y con poca ventilación, lo mejor es que este paso lo realices con un sistema de calor, que levantará igualmente la pintura sin la remanencia de los olores químicos de los solventes.
Lijado
Una vez retirada toda la pintura, llegó la hora del lijado. Este paso es muy importante ya que con él retirarás todos los pequeños espacios que el abrasivo no retiró.
Lija la puerta con una hoja de punto suave a medio, en el sentido de las vetas de la madera. Esto dejará la superficie totalmente lija y lista para la capa de pintura o barniz.
Imperfecciones
Si la madera presenta algunas imperfecciones como abolladuras leves o raspones, deberás sellarlos para dejar una superficie perfectamente lisa. Este paso solo lo podrás realizar si posteriormente le colocarás pintura, ya que de lo contrario, quedará a la vista la masilla utilizada para tapar las grietas. Aunque existen masillas de colores, nunca será uniforme con el color de la puerta.
Con una masa de resina sintética, cobre los espacios a corregir y alisa lo más posible con una espátula, de manera que la superficie de la masilla sea igual a la superficie de la madera original. Deja que seque para luego lijarla y dejar la superficie suave y lisa.
Pintura
Con la puerta lista, solo falta colocar la pintura. Antes de aplicar la pintura, coloca una capa de de preservador de madera y una de sellador. De este modo protegerás la madera y las capas de pintura se adherirán bien.
Pinta la madera del color deseado colocando varias capas de pintura (2 o 3) para obtener un acabado perfecto. Procura dejar secar bien la pintura entre capa y capa. Si no deseas colocar pintura y solo usarás barniz, el procedimiento será el mismo.
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