Para garantizar el buen funcionamiento y la seguridad de una silla de ruedas, es fundamental realizarle un mantenimiento regular. A continuación, se detallan seis pasos básicos para mantenerla en óptimas condiciones.
NOTAS RELACIONADAS
Limpieza de la estructura
Comienza limpiando la estructura de la silla. Usa un paño suave y húmedo para eliminar polvo y suciedad, especialmente en las áreas que tienden a acumular más residuos, como las ruedas y las juntas. Asegúrate de no usar limpiadores fuertes que puedan dañar la superficie o el acabado de la silla.
Revisión de las ruedas
Verifica el estado de las ruedas delanteras y traseras. Asegúrate de que los cauchos estén inflados si son de aire y que no presenten desgaste excesivo. Las ruedas traseras deben girar suavemente; si no lo hacen, puede que necesiten lubricación o ajuste. También revisa los rodamientos y cerciórate de que no haya partes sueltas.
Lubricación de piezas móviles
Aplica lubricante a las piezas móviles, como las ruedas, los ejes y las partes de plegado, si la silla es plegable. Esto ayuda a evitar el desgaste prematuro y facilita el movimiento de la silla. Usa un lubricante específico para metales y evita aplicar en exceso para no atraer suciedad.
Inspección del asiento y respaldo
Revisa la tapicería para identificar desgaste o rasgaduras. Un asiento en mal estado puede afectar la comodidad y postura del usuario. Si hay partes desgastadas, considera reemplazarlas o repararlas para evitar molestias.
Verificación de los frenos
Los frenos son esenciales para la seguridad del usuario. Garantiza de que funcionen correctamente y ajusta si es necesario. Los frenos deben bloquearse sin dificultad y sostener firmemente la silla en su lugar.
Revisión de tornillos y piezas de fijación
Verifica que todos los tornillos y pernos estén bien ajustados. Si notas alguno flojo, ajústalo con las herramientas adecuadas para evitar que se afloje con el uso.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales
de WhatsApp, Telegram y YouTube