La etiqueta en la mesa no es sólo una cuestión de compromiso; es también estar en consonancia con el esfuerzo que se hace en la selección del menú y las bebidas. Por eso, es bueno recordar cómo se debe servir correctamente los vinos.
Lo primero que debe saber es que las bebidas se sirven por el lado derecho del comensal, comenzando por las damas y luego los caballeros sin embargo, si no es una reunión muy formal – elegante están bien admitido, puede empezar por la derecha del anfitrión y servir en orden secuencial a cada uno de los comensales.
Si el anfitrión abre la botella de vino, le servirá primero a una persona de confianza para que lo apruebe y éste asentirá o no. En caso de no haber una persona de confianza o experta en vinos, será el propio anfitrión quien haga de “catador”.
Es conveniente servir primero en una copa auxiliar para eliminar posibles restos de corcho u otros residuos que pueda haber en el cuello de la botella. Nunca se debe apoyar la botella sobre la copa al momento de servir, se debe mantener a unos dos centímetros de ella y al terminar, se le dará un cuarto de giro para evitar que gotee. Utilice una cesta para colocar la botella y evitar que este se caliente al tenerlo en las manos.
Si no desea que le sirvan una determinada bebida, se lo haremos saber a la persona de forma verbal, nunca tape la copa como señal de negativa, no es una forma elegante. Tampoco debe levantar la copa a la hora de servir la bebida. Hay que dejarla en la mesa, para no ponérselo difícil a la persona que lo hace.
Vino tinto
* Si son de mucha edad es mejor decantarlos, para ello se vacían en un decantador.
* Es conveniente abrirlos con al menos una hora de antelación, para que el vino se “airee”.
* Las copas no se llenan en su totalidad, sino de forma parcial.
Vino blanco
* Suele servir a un tercio de la copa, guardando la proporción en función del tamaño de esta.
* Deben servirse bien frío, es mejor servirlo en poca cantidad y reponer más a menudo, para evitar que pierdan su temperatura ideal.
* Lo mismo ocurre con la Champagne, el prosecco y otros espumantes.
No podemos olvidarnos de un detalle importante. Las bebidas nunca deben estar servidas antes de sentarnos a la mesa. Siempre se deben servir cuando los comensales están sentados. En el caso del agua, se puede llenar las copas antes de que lleguen los alimentos.
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