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La aplicación de energía láser es un procedimiento quirúrgico utilizado en varios campos de la medicina y cuando se usa en intervenciones endourológicas (cirugías mínimamente invasivas), las personas tienen la ventaja de recuperarse más rápidamente y disminuye la tasa de complicaciones, como infecciones o daños a otros órganos.
El urólogo del Grupo Médico Santa Paula, Cesar Malavé, explica que cuando los pacientes son tratados con cirugía láser, principalmente en los casos de cálculos (litiasis), no hay cicatrices, ni riesgos de infecciones de heridas operatorias, además, presentan escaso sangrado y, en muchas ocasiones, las personas pueden superar su enfermedad litiásica en una sola intervención, de manera ambulatoria, y retornar a sus actividades rutinarias a los pocos días después.
“Con este procedimiento en la especialidad de urología se trata a pacientes que tienen lo que comúnmente se denomina ‘piedras’ en el riñón, en el uréter o en la vejiga, entre otras enfermedades, y como es una intervención endoscópica, el tiempo en quirófano es menor. Si los cálculos son de un centímetro o menos, la cirugía puede durar una hora o incluso menos, con una recuperación pronta y total”, señala Malavé.
El médico urólogo, además especialista en cirugía robótica, laparoscopia, endourología y cirugía oncológica, asegura que generalmente estos procedimientos son ambulatorios y que el paciente se puede dar de alta luego de unas horas de observación, e incorporarse a las actividades diarias casi de inmediato. En otros casos, puede requerir un día de hospitalización, cuando se amerite.
El especialista advierte que la recuperación es aún más rápida cuando se trata de intervenciones programadas no siendo así en algunas oportunidades cuando el paciente ingresa de emergencia, ya que en muchos de estos casos están asociadas infecciones urinarias o cólicos nefríticos (dolor intenso), pudiendo agregar en ocasiones un porcentaje de complejidad por estar en una situación de resolución inmediata y urgente.
Láser vs cirugías tradicionales
Malavé explica que anteriormente los procedimientos en las vías urinarias se hacían a través de cirugías abiertas, con grandes cicatrices, con propensión a infectarse o formar hernias posteriormente. De igual forma, la recuperación era mucho más lenta, porque requería extensos tiempos de hospitalización y las personas podían volver a sus actividades laborales a las semanas o meses luego de la intervención.
“Anteriormente también se utilizaban equipos de onda de choque, que golpeaban la piedra y a veces dañaban otros órganos o el uréter se podía romper. Por el contrario, la cirugía láser utiliza una energía medicamente controlada que disminuye la posibilidad de estos daños asociados, dándole al paciente y al médico mayor garantías de seguridad y éxito de resolución de su enfermedad de cálculos al momento de una intervención quirúrgica urológica”, afirma el médico.
Con una cirugía programada, indica el médico, se pueden evitar cólicos nefríticos, obstrucción de la vías urinarias, infecciones o, inclusive, pérdida del riñón, prevenibles cuando se diagnostican y se extraen los cálculos a tiempo.
2020-09-09
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