La agresividad hace alusión a la tendencia a atacar o a actuar de modo agresivo. Este patrón no solo se ve en los seres humanos, las mascotas también llegan a presentar episodios de agresividad, que en el caso de los gatos se manifiesta con arañazos y mordeduras, por ejemplo.
¿Qué causa la agresividad en los gatos?
Generalmente los mininos suelen ser muy independientes y hasta muy tranquilos, es más, como ellos pasan la mayor parte del tiempo durmiendo, cuando se tornan agresivos es realmente porque algo les ocurre.
Los gatos pueden atacar como una respuesta al miedo, pero también se asocia con una manera de marcar su territorio o defender su comida.
Otra causa es que sienta alguna dolencia en alguna de las partes de su cuerpo y quiera evitar contacto físico y por ese motivo arañe o muerda a quienes se le acerque.
Incluso, aunque algunos disfrutan los mimos, la mayoría de estas mascotas preferirán que no les abracen o limiten sus movimientos, y ante esto reaccionan de manera violenta.
En conclusión, tal como ocurre con las personas, los gatos también tienen su personalidad.
Te puede interesar: ¿Cómo presentar el cachorro con otros perros?
¡No era así!
Existe la posibilidad de que el felino de un momento a otro pueda parecer agresivo y la causa más frecuente es el dolor que se presenta por una enfermedad o incluso por abscesos que aparecen tras una pelea entre gatos.
Cuando esto último ocurre, es común que el animal presente cambios drásticos de comportamiento debido a que la zona donde se desarrolla un absceso estará particularmente sensible.
Si tocas esta zona sin saberlo al acariciar o jugar con tu gato, ello puede provocar una respuesta bastante inesperada y lógicamente agresiva por parte de tu gato.
En este sentido, si detectas alguna reacción de dolor en tu gato o si se vuelve agresivo de repente sin motivo aparente, es muy importante que visites al veterinario para que le haga un examen completo.
¡Evítalo!
– Nunca limites los movimientos del gato si éste muestra alguna señal de que no
está a gusto.
– Premia siempre el buen comportamiento e ignora el comportamiento que no desees que se repita.
– Intenta jugar siempre de forma segura y no utilices nunca los dedos de las manos ni los pies para provocar un ataque del animal. De lo contrario, le estarás enseñando que tus dedos son objetos de presa.
– Nunca golpees ni le grites, aunque te haya mordido o arañado. Lo único que provocarás si lo haces es una reacción de miedo que podría agravar la situación.
Visita nuestra sección Zona 3D
2023-03-12
Para mantenerte informado sigue nuestro canal
en Telegram https://t.me/Diario2001Online