La desesperanza es un estado de ánimo del que no tiene esperanza o la ha perdido con o sin razón aparente.
Tanto jóvenes como adultos pueden verse afectados por este sentimiento o sensación que provoca pensamientos negativos tales como, “no hay nada que yo pueda hacer”, “para que intentarlo si sé que no saldrá bien”, o “esto es por mi culpa”.
Si estás en esta tónica o conoces a alguien que viven en la desesperanza, es importante que conozcan que esto afecta su día a día y hasta la salud y bienestar, por lo que se debe poner un freno para avanzar en la vida.
¿Qué es la desesperanza?
Se define como el sentimiento de no encontrar alternativas de solución ante una determinada situación o de no tener expectativas de futuro. Esto, además, se acompaña frecuentemente de la ausencia de un sentimiento de trascendencia, y donde priva un estado de ánimo negativo.
En conclusión, la desesperanza es el estado de ánimo en que se ha desvanecido la esperanza, es una sensación en la que todo se tiñe de negro y puede empujarnos a la depresión, y hasta al suicidio.
Este sentimiento se caracteriza por una visión pesimista, de queja continua y de culpabilidad que puede ser proyectada en los demás.
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¿Cómo afecta nuestros días?
Generalmente el bienestar emocional se ve afectado por factores biológicos, como los genes o la química del cerebro. Además de experiencias de vida como, trauma o abuso; antecedentes familiares de problemas de salud mental y hasta el estilo de vida de la persona.
Pero también, puede verse afectado por la desesperanza, y esto es debido a que las personas con sentimientos negativos o crisis depresivas manifiestan sentimientos de incapacidad que repercuten en el día a día, y por tanto en el bienestar.
Es decir, con frecuencia, quienes viven en la desesperanza son personas que tienen una baja motivación y una visión sesgada y poco realista de lo que ocurre a su alrededor.
Para ellos nunca puede ocurrir nada bueno y esto los mantiene tristes sin importar cómo transcurran los días, y al sumarse los días y los pensamientos negativos, puede acarrear episodios depresivos.
En este sentido, cuando la desesperanza se presenta de forma persistente afecta directamente la vida, el trabajo, la familia, la pareja y cualquier actividad, y en consecuencia, afecta la salud mental.
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2023-07-03
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