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La fuerza energética de la respiración y el yoga

Domingo, 15 de agosto de 2021 a las 04:00 pm
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La fuerza energética de la vida, tiene que ver con la filosofía que enfrentes tu existencia. La práctica del yoga, es una manera de encontrar a través de posturas bienestar físico y espiritual.

Fuerza y vitalidad

Respiración y yoga

  • Produce una buena oxigenación y produce un equilibrio psicológico.
  • Se puede recuperar algunas lesiones físicas.
  • Para lograr el equilibrio se debe cuidar la alimentación, lograr una actitud positiva ante la vida, seguir la rutina diaria y tener un sueño reparador.
  • El descanso es una de los factores que más se debe cuidar, ya que es el momento que el cuerpo utiliza para recuperar la energía pérdida durante el día.
  • Para realizar las asanas (posiciones corporales), debes controlar la respiración y la mente
  • Permite que a partir de la relajación y la meditación, alcanzar el control de la mente.
  • Para notar los beneficios de hacer yoga, debe ser una práctica continúa en tu vida.
  • Decir alto y claro "OM", es un sonido sanador y lleno de energía. Fonéticamente suena a u m.
  • La respiración juega una gran importancia si sufres de estrés y ansiedad. Al aprender a manejar y controlar tu mente te ayuda a tener el control de tu vida.

Respiraciones conscientes

Tranquilidad. Toma aire por la nariz durante cuatro segundos, retenlo por otros cuatro y exhálalo por la boca durante cuatro segundos más. A medida que vayas dominando esta disciplina aumenta dos segundos más cada vez que la practiques.

Revitalizante. Haz una inhalación lenta y profunda, retén el oxígeno durante unos cuantos segundos, forma un círculo con tus labios y deja salir el dióxido de carbono poco a poco y con fuerza. Este ejercicio lo puedes hacer desde cualquier posición.

Qué evita que respires bien

  • Situaciones de estrés o tensión que provocan una respiración rápida y agitada.
  • La mala postura de tu cuerpo. Por ejemplo, la espalda encorvada o mantener el cuerpo muy rígido durante mucho tiempo.
  • Los desórdenes alimenticios.
  • Comer muy rápido evita una buena respiración a la hora de comer y después de esto afecta la digestión.
  • La contaminación ambiental, como el humo que expulsan los carros en mal estado y los espacios mal ventilados.
  • Fumar.

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