Leonardo Gentilcore, es chef, de ascendencia italiana, cuenta con grandes cimientos fortalecidos con el amor y las recetas de los “nonnos”. Rapidez, orden, limpieza, buen paladar, sentido de la estética, iniciativa y curiosidad son algunas de las características que debería tener un buen cocinero. Sin embargo, cada persona que decide adentrarse en el arte culinario desarrolla sus cualidades, toma las bondades de quienes lo inspiran y aporta su toque especial a cada platillo que prepara.
Leonardo Gentilcore
Él le aporta los sabores aprendidos en el trayecto de su vida y convierte cada bocado en una experiencia inolvidable. Se graduó en Contaduría Pública, pero encontró su pasión entre condimentos, utensilios, vajillas y todo tipo de alimentos. Esa pasión por la cocina la heredó de sus “nonnos”, inmigrantes italianos que llegaron a Venezuela hace muchos años y, con sus destrezas culinarias, se convirtieron en el sustento de su familia.
Ese empeño por salir adelante y el amor por la cocina se gestó desde su infancia, pero con el paso del tiempo, se fue intensificando, hasta convertirse en una profesión que valora y disfruta. “Los fogones están en mi ADN”, dice Leonardo.
De la cocina de un restaurante a la televisión
“Punto de sabor” es uno de los pocos espacios gastronómicos que hoy se pueden disfrutar a través de la pantalla chica venezolana. Esta producción, que pertenece al matutino “Vitrina, de Televen, le dio la oportunidad a Gentilcore de mostrar sus cualidades culinarias y abrirse camino en uno de los medios de mayor alcance en el país.
“Llegue a “Vitrina” sin imaginarlo. Un día un gran amigo me dijo “Leo, por qué no mandas un video a producción, a ver si gustas, y gusté” (Risas). De verdad que desde que llegué a ese espacio son los 9 minutos más felices de mis jueves. Todos, absolutamente todos, me han hecho sentir como en casa. El ambiente de trabajo es increíble”, confiesa.
Su primer mes y medio en este programa le ha permitido aprender a manejar la adrenalina de una transmisión en vivo, donde debe lidiar con la improvisación y el manejo de cámaras. Leonardo sabe que si se equivoca, se notará, por eso en cada momento entrega lo mejor de sí y, a través de la pantalla, comparte la emoción y la alegría que le produce cocinar.
Leonardo y su plato principal
La cocina le ha brindado la posibilidad de danzar entre sabores, olores, colores y cultura, y aunque le gusta experimentar y producir distintos platos, su cocina favorita es la italiana. No podía ser de otra manera, teniendo un ejemplo latente en casa y unos maestros dispuestos a enseñar todo lo que había en sus corazones y a combinar lo que había en sus alacenas.
Sus “nonnos” Leonardo y Antonietta son su inspiración y también la razón por la que mantiene ese amor palpitante por la comida. En ellos encontró grandes ejemplos que le sirvieron para construir con base sólida su profesión, pero también su vida.
Leonardo sabe que la fusión de sabores agrega toques interesantes y especiales a los platillos, por eso le encanta poder mezclar diferentes ingredientes, porque en la diversidad se evidencia la multiculturalidad del país en el que habita. Pero eso sí, que en su cocina jamás falte el buen aceite de oliva y el ajo, esos ingredientes imprescindibles.
Para lo dulce, los profiteroles son de sus favoritos, lo que más le gusta es que los puede rellenar con lo que se le antoje, con cualquier ingrediente que tenga a la mano. La diversidad de sabores que puede contener este postre le brinda la posibilidad de experimentar.
La oportunidad para una pasión
Gentilcore considera que este tipo de programas de cocina le brindan ideas nuevas a las amas de casa, quienes están día a día tratando de preparar algo distinto y delicioso a su familia. “Me encanta que después de cada programa, me escriben para preguntarme si pueden sustituir algún ingrediente de mi receta por el que tienen en casa”.
Tiene muchos sueños, que poco a poco ha ido materializando. El primero de ellos fue tener su propio negocio, un restaurante en La Guaira llamado 031 Bistró. El segundo, ser imagen de una marca de alimentos o electrodomésticos, anhelo que confía alcanzar en cualquier momento, porque tiene varias propuestas en camino.
Finalmente, dejar un legado de esta profesión, a quienes como él, tiene un amor profundo por la cocina y una inspiración muy especial, la familia. “Esto se basa en alegrar, no solo el alma y el corazón de la gente que prueba mis platos, sino en dejarles un recuerdo grabado a través del sabor”, dice.
Por Wanda López Agostini / Fotos: cortesía
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