La miel es uno de los mejores hidratantes. Suaviza la piel al tiempo que le da un aspecto satinado.
Además, de un dulcísimo y delicioso manjar, es un producto lleno de virtudes que se concretan en su valor nutritivo, energético y fácilmente asimilable, y en sus propiedades curativas y embellecedoras.
Conoce cómo puedes aprovecharla para darle vitalidad nuevamente al rostro.
Sácale provecho a la miel
Piel grasa
La miel es un excelente remedio para este tipo de piel consiste en mezclar dos cucharadas de este ingrediente con una clara de huevo y batir. Aplicar y dejar que se seque.
Miel para la piel seca
Para mejorar la resequedad cutánea mezclar nata y miel a partes iguales y aplicar masajeando la zona. Esperar unos 15 minutos y retirar con agua tibia.
Otra receta para este mismo tipo de piel consiste en emulsionar una cucharada de miel con una cucharada de agua de rosas y 15 gotas de jugo de naranja. Se cubre la cara con esta mezcla y se deja durante 10 minutos aproximadamente. Luego enjuaga.
Rasguños y pequeñas heridas
Un remedio casero para curar los rasguños consiste en mezclar dos partes de mantequilla, una de flores y hojas de caléndulas previamente trituradas y una parte de miel. Remover hasta que la masa resulte cremosa y aplicar sobre la herida.
Las heridas cicatrizan mejor si se les aplica un poco de miel varias veces al día, y los labios cuarteados se curan más rápido colocando este ingrediente.
Jabones para pieles delicadas
Solo necesita 100 gramos de jabón neutro, 10 g de agua y 200 de gramos de miel.
Luego, rallar el jabón y los otros dos ingredientes en una olla calentar todo removiendo constantemente con un cucharón de madera.
Dejar hervir hasta que la masa espese. Luego se vierte en moldes y se deja enfriar. Al cabo de unas 24 horas el jabón casero estará endurecido y listo para el uso.
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