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La implementación de la cuarentena por la llegada del COVID-19 a Venezuela
trajo una nueva traba para los niños, niñas y adolescentes en edad escolar: la
educación a distancia. Un escenario para el que muchos hogares no están
preparados, debido a las fallas eléctricas y las dificultades de conectividad,
tomando en cuenta que el promedio de la velocidad de internet en el país es el
más bajo de Sudamérica, de acuerdo con la empresa Ookla.
Pero este no es la mayor dificultad, el aislamiento ha provocado que los niños
cambien su comportamiento e incluso se depriman. La organización internacional
Save the Children Fund, encargada de trabajar por los derechos infantiles,
asegura que el distanciamiento podría generar trastornos psicológicos
permanentes, como la depresión.
Además, destaca que la imposibilidad de estar al aire libre, el estrés y el
aburrimiento pueden desencadenar en problemas de salud mental. Por esta razón,
la ONG recomienda a los gobiernos del mundo desarrollar programas de apoyo
para la niñez durante y después del confinamiento.
Cómo distraer a los niños en casa
La psicóloga infantil María Gabriela Ríos Berti, especialista en el manejo de
técnicas de modificación de conducta, considera que la estancia permanente en el
hogar es la oportunidad idónea para compartir en familia tiempo de calidad,
realizar actividades en conjunto y conocerse. "Ver películas juntos, retomar juegos
de mesas, jugar a disfrazarse, a construir historias, cocinar juntos, hacer
manualidades. Cuando permitimos dejar volar nuestra imaginación y cultivar con
ellos nuestro niño interior, los resultados puede ser gratificantes", señala.
Es importante que este tiempo también sea utilizado para explicarle a los niños, de
manera sencilla, las implicaciones del coronavirus y sus consecuencias en la
humanidad. Esto les permitirá entender que, aunque en este momento no pueden
compartir con sus seres queridos, tienen diversas opciones para fortalecer la
amistad y el afecto que los une: una videollamada, notas de voz, cartas, dibujos.
¿Cambio de comportamiento debido al aislamiento?
La especialista afirma que las variaciones en la conducta son una posibilidad muy
frecuente, porque el vivir en una montaña rusa de emociones, donde la
información cambia con frecuencia y no necesariamente implica mejoría ni
levantamiento de las restricciones, puede generar emociones desagradables
(rabia, tristeza, miedo, celos).
El cambio de rutina también les afecta a los niños, por ello, es oportuno validar sus
sentimientos, permitiéndoles expresarlos y drenarlos a través de los dibujos, la
escritura, las actividades físicas y los juegos. "Para que luego, podamos sentarnos
a conversar con ellos, e intentar buscar una solución. Es necesario permitir que las
emociones fluyan, cuando usamos frases cómo "no te preocupes", "no pasa
nada", estamos coartando su sentir, y juzgándolo; por eso, en la medida que
permitamos, la convivencia familiar fluirá mejor".
Niños felices en cuarentena
Los niños no van a mantenerse felices todo el tiempo, es una creencia fantasiosa
e irreal, si yo paso tres meses encerrado en mi casa, sin colegio, sin mis amigos,
sin mis actividades extracurriculares, sin salir a pasear, es normal y saludable que
yo tenga momentos donde me sienta triste, molesto, confundido, aburrido",
destaca. Sin embargo, recuerda que se puede trabajar para que esos momentos
sean transitorios y los niños se sientan acompañados durante esta nueva
experiencia.
Recomienda sentarse con ellos y escucharlos sin juzgar. Permitir contar cómo se
sienten y preguntarles qué les gustaría que pasara, incluso cuando luego se les
deba explicar que, por los momentos, hay ciertas actividades que se encuentran
en pausa. Ofrecerles ideas de actividades para realizar en casa y promover
formas de distracción, que los haga cambiar de humor y subir el ánimo. "Sé que es
difícil, hay muchos elementos que juegan en contra, pero dedicar tiempo diario, de
forma exclusiva y sin distracciones, llena a los niños aún más que lo material".
Los días en el hogar también pueden servir para enseñarlos a fortalecer la
seguridad en sí mismos y provocar que este tiempo los ayude a crecer y edificar
bases sólidas que le permitan desarrollar un sentimiento resiliente luego de esta
vivencia.
Ríos destalla que hacerlos sentir escuchados y promover la confianza para
comentar o hablarles de cualquier cosa, les muestra que pueden expresarse sin
temor a ser juzgados. Es importante respetar los límites que ellos establezcan con
el contacto físico (besos, abrazos, caricias, cosquillas) y fomentar su
independencia en casa, encargándoles pequeños deberes de acuerdo a su edad,
que les muestren los frutos de lograr sus objetivos.
Es indispensable el uso de frases motivadoras que les hagan creer en ellos
mismos, y la demostración de afecto, que les recuerda que están acompañados,
que son valorados y queridos.
Coordenadas:
María Gabriela Ríos Berti
Psicóloga infantil, especialista en manejo de la conducta y trastorno de ansiedad,
Instragram: @psico.play
2020-07-08
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