Dormir con tu gato puede parecer una imagen idílica de comodidad y compañía. Sin embargo, a pesar de los ronroneos relajantes y la sensación de calidez peluda, existen algunas razones por las que reconsiderar esta práctica común. A continuación, te presentamos tres motivos para repensar tu rutina de sueño junto a tu felino amigo
Lo que debes saber antes de dormir con tu felino
Trastornos y calidad del sueño
Los gatos, por naturaleza, son criaturas nocturnas. Su ciclo de sueño difiere del nuestro, lo que significa que pueden estar activos y juguetones durante la noche mientras tú intentas descansar. Sus movimientos, saltos e incluso ronroneos fuertes pueden interrumpir tu sueño, fragmentarlo y reducir su calidad.
Riesgos para la salud
Si bien los gatos son adorables, también pueden ser portadores de parásitos y bacterias que pueden ser perjudiciales para los humanos. Pulgas, garrapatas, ácaros e incluso lombrices intestinales pueden transmitirse a través del contacto cercano durante el sueño, especialmente si tu gato tiene acceso al aire libre.
Alergias y problemas respiratorios
La caspa de gato, presente en su pelaje y saliva, puede desencadenar alergias y problemas respiratorios en personas sensibles. Dormir en estrecho contacto con tu gato durante la noche puede aumentar la exposición a estos alérgenos, empeorando los síntomas como estornudos, congestión nasal, picazón en los ojos e incluso asma.
Alternativas para compartir con tu gato
Si bien dormir con tu gato puede parecer una forma de fortalecer el vínculo, existen alternativas más saludables y beneficiosas para ambas partes. Dedica tiempo durante el día para jugar, acariciar y mimar a tu gato. Crea un espacio cómodo y acogedor para que duerma, cerca de ti pero sin molestarte.
Pero, si despues de saber todo esto, aún quieres tener a tu amigo de cuatro patas en cama, esto debes considerar:
– Consulta con tu veterinario para asegurarte de que tu gato esté libre de parásitos y enfermedades.
– Mantén una buena higiene en tu habitación, lavando las sábanas y mantas con frecuencia.
– Si experimentas molestias o síntomas alérgicos después de dormir con tu gato, consulta con un médico.
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