La convivencia entre el perro y el gato siempre ha sido un tema controversial, ya que, muchos aseguran que estos no se pueden ver ni en pintura. Sin embargo, teorías científicas se han encargado de aclarar este panorama, con resultados satisfactorios para quienes tienen a estos animales como mascotas.
En ese sentido, tener a un canino y a un felino en el mismo lugar es viable, siempre y cuando ambos tengan su espacio establecido para dormir, comer y ejercitarse. A su vez, la socialización con las personas que habiten en el sitio es fundamental para que ellos puedan tener una buena calidad de vida.
¿Cómo organizar la convivencia entre ambas especies?
Principalmente, se debe respetar las necesidades de cada uno, por ejemplo, el gato es controlador en todos los sentidos, para este es muy importante tener su espacio limpio, seguro y sin objetos que le puedan hacer daño.
Por el contrario, el perro es intranquilo, por eso es recomendable que tenga una rutina establecida para que pueda encontrar equilibro en su día a día, por ejemplo, una hora fija para comer, ejercitarse y comer.
Tips:
Fomentar el acercamiento entre ellos: Las rutinas de juegos son las más recomendables para crear una sana convivencia entre ambos, en estas se divertirán y experimentarán sensaciones agradables que contribuirán a su desarrollo cognitivo.
Dedicar el mismo tiempo de atención para ambos: Compartir tiempo de calidad con las mascotas hacen los hace sentir seguros y felices. Se recomienda ofrecerle el mismo cariño y dedicación de tiempo para que no se depriman.
Respetar el ritmo de adaptación de cada animal: Posiblemente el perro asimile más rápido convivir con el gato, debido a su alta capacidad de aceptar los cambios y adaptarse a compartir con otras especies.
Cabe destacar, que ambas especies se caracterizan por ser las favoritas de quienes deciden tener animales en casa.
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