Las uñas de los gatos están permanentemente afiladas, porque para ellos esto constituye una necesidad fisiológica, debido a su instinto cazador. Suelen rasguñar por varios motivos, el primero para afilarlas y tenerlas en buen estado para trepar, segundo es una forma de estirar sus músculos y tercero es la manera de marcar territorio.
Lo más efectivo para controlar este hecho y que no salgan perjudicados las alfombras o sillón favorito es educarlos desde pequeños. El primer mes de vida, póngale una tablilla de madera para afilarse las uñas. En el caso de un animal ya adulto y con la costumbre bastante arraigada, costará un poco más convencerle de que cambie de actitud y habrá que colocar la tablilla cerca del lugar que habitualmente rasque y proteja el mueble con una manga gruesa o una funda.
Se le pueden cortar periódicamente las uñas, pero esto lo debe hacer exclusivamente el veterinario. Es importante tenerlas poco afiladas para evitar que se queden enganchado en las cortinas o alfombras.
Consejos
* Ubique el rascadero, tablilla o tronco en una zona donde pueda mirar por la ventana. Esto le ayudará a darle tranquilidad.
* Si nota que a su gato le gusta rasguñar tapetes, forre con este tipo de material un rascadero casero. No los forre con gamuza ni terciopelo, a lo gatos no les gusta, así que perderá tiempo y dinero.
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