¿Tos en tu perro? No hay de qué alarmarse. Conoce todo sobre ella. En algún momento todos los dueños de mascotas hemos tenido que dejar a nuestro adorado perro bajo el cuidado en una perrera. Ya sea por que salimos de viaje de placer o negocios, porque hacemos remodelaciones en casa, o simplemente para que le den un buen corte y baño a nuestra mascota.
Sea cual sea el caso, esto puede implicar que nuestro perro esté en contacto con un sin fin de virus y bacterias que pueden habitar en esos lugares de cuidado. Esto puede desencadenar en la denominada tos de la perrera.
Esta enfermedad canina no es más que el equivalente al resfriado común en los humanos, pero si no se trata adecuadamente puede desencadenar problemas mayores de salud en tu perrito.
La tos de la perrera afecta las vías respiratorias superiores del animal y es altamente contagiosa entre perros (no afecta a los humanos). Es de origen vírico y bacteriano producido por microorganismos como el virus de la Parainfluenza, el Adenovirus Canino tipo 2, la Bordetella Bronchiseptica o el virus del moquillo.
Tos de la perrera
No es extraño que los perros tosan de vez en cuando. Esto suele pasar cuando su collar está muy ajustado, cuando la correa de paseo queda muy tirante, o simplemente cuando se cansa al hacer algún ejercicio físico demandante.
Ahora bien, si por el contrario tu perro presenta tos seca, ronca y fuerte; arcadas; pequeños vómitos blancos y espumosos; secreción acular o nasal; y fiebre, puede tener tos de la perrera. Al aparecer estos síntomas deberás tratar médicamente al perro, de lo contrario podría agravarse rápidamente.
Si por el contrario, los síntomas que presenta tu compañero de casa son letargia, fiebre, inapetencia, disnea, intolerancia al ejercicio, significa que ya presenta un cuadro severo. Esto podría derivarse en una neumonía.
Tratamiento
Al igual que los humanos, cada perro es distinto, por ende, requerirá un tratamiento adecuado a sus síntomas.
Para los casos leves se recomienda reposo en la mascota de al menos siete días. Procura que no esté jugando, corriendo y saltando, ya que sin darse cuenta, esto podría empeorarlo aumentando sus crisis de tos.
Si el caso del can es que presenta un caso más severo, lo recomendable es suministrarle antibióticos y jarabe para la tos. Pero será el veterinario en determinar su tratamiento adecuado.
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