2001online.com | Yamileth Niño
La neurogastronomía es un campo de estudio que investiga la relación entre el cerebro humano y el arte culinario, de cómo influye nuestro cerebro internamente de acuerdo al estado de ánimo, cambiando la percepción del sabor. Creemos que al pensar en comida solo usamos dos sentidos (el gusto y el olfato), pero la verdad es que al comer estamos aplicando los cinco sentidos básicos: tacto, gusto, olfato, visión y oído.
Hay estudios que han comprobado que los colores tienen sabor: el rojo es más dulce y el verde es más ácido. Todos estos indicadores demuestran que el sabor no está tanto en la boca como en el cerebro, y de ahí el nombre de neurogastronomía, una manera de comer cuya carta contiene más conciencia sensorial.
El investigador gastronómico y chef Merlín Gessen, dicta talleres que hablan de la neurogastronomia y de cómo influye nuestro cerebro en la percepción del sabor. Un ejemplo claro, que comenta Merlín, es “Cuando vamos a un restaurante, se tiene una gran expectativa, y si al entrar al local te reciben con una sonrisa e invitan a sentarte y te tratan como tú lo imaginaste antes de llegar, en ese momento comienza a recorrer por tu cuerpo, hormonas como serotonina y dopamina, que hacen que se genere placer y satisfacción influyendo de algún modo en el cerebro.” Si se está feliz, la comida nos gusta y nos puede muchas veces transportar a un recuerdo de infancia, un momento de felicidad o asociarlo a un contexto emocional que, de inmediato, nos puede llevar a amar o a odiar ese alimento.
En casa podemos poner a prueba este estudio, creando un ambiente agradable, sirviendo la comida en una vajilla bonita, con estos detalles anticipas a mejora el gusto del plato. ¡Inténtalo!
2020-07-21
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