Los dolores de crecimiento se describen como un dolor o punzada en las piernas, por lo general en la parte delantera de los muslos, las pantorrillas o detrás de las rodillas.
Estas molestias pueden afectar ambas piernas y con frecuencia ocurre durante la noche y hasta puede llegar a despertar al niño.
Las punzadas son repentinas y en la mayoría de los casos los niños son tan pequeños que aún no saben cómo definir el dolor, ni distinguir la raíz de dicha molestia.
¿Qué son los dolores de crecimiento?
Son dolores en las piernas de los niños, y que generalmente se producen en horas de la noche.
Es probable que el dolor sea el resultado del uso excesivo del músculo durante el día, pues expertos señalan que no hay evidencia de que el crecimiento sea doloroso.
Debido a ello, no existe un tratamiento específico para aliviar esos dolores que pueden afectar a tus hijos.
Cabe acotar que, estas molestias deben su nombre a que son más comunes durante la infancia, justo en el proceso de desarrollo de los niños en edad preescolar y edad escolar.
En caso de ocurrir con regularidad, se sugiere dar suaves masajes en los músculos o colocar compresas tibias.
Síntomas
– Sensación de dolor o palpitación en las piernas.
– Dolor abdominal o de cabeza.
– El dolor viene y se va, no es constante.
Causas
Se desconoce la causa de estas molestias durante la infancia, sin embargo, se ha sugerido que los dolores de crecimiento podrían estar vinculados al síndrome de las piernas inquietas.
Otra de las posibles causas es el uso excesivo de las piernas durante el día. Son más frecuentes en niñas que en niños; y los factores de riesgo incluye: correr, trepar o saltar durante el día.
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Alerta
En caso de que tu hijo se queje de dolor en una de sus piernas o en ambas, y estés sospechando que esté sufriendo de los dolores de crecimiento, consulta con el pediatra sobre todo en estos casos:
– El dolo es persistente.
– Comienza en la noche y se mantiene en la mañana.
– Se ubica en las articulaciones.
– Le impide realizar las actividades cotidianas.
– Puede asociarse a alguna lesión.
– Está acompañado de otros síntomas como hinchazón, enrojecimiento, sensibilidad, fiebre, cojera, erupción cutánea, pérdida del apetito, fatiga o debilidad.
Importante
Estas molestias son más común de lo que se cree y aunque en la mayoría de los casos, el dolor que experimentan los niños durante la noche no es el resultado de una enfermedad; ellos requieren de la atención, cuidados y mimos de sus padres.
No le nieguen el consuelo, una caricia y un masaje porque afortunadamente no es grave, pero si genera mucho dolor en los pequeños.
Por otra parte, se puede dar analgésicos como ibuprofeno o acetaminofén para aliviar el dolor. Recuerda que aunque son medicinas de venta libre, conviene consultarle al pediatra.
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2022-05-24
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