El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno mental en el cual las personas tienen pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones y comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo una y otra vez de manera compulsiva; y de no hacerlas de cierta manera puede causar ansiedad y sufrimiento.
Estas obsesiones y compulsiones suelen interrumpir las actividades diarias, y pueden estar causadas por lesiones en la cabeza, infecciones y funcionamiento anormal en ciertas zonas del cerebro, y es una enfermedad crónica que se presentan de leve a moderada o pueden ser tan grave que puede incapacitar.
Aunque no se conocen las causas exactas del TOC, también se cree que puede estar causado por factores genéticos, y suele estar diagnosticada a la edad de los 20 años, aproximadamente.
Los síntomas de obsesión y compulsión en las personas que presentan TOC suelen aparecer de forma progresiva, y a lo largo de la vida su gravedad va aumentando, así como también pueden ir cambiando a lo largo del tiempo. Cuando se tiene mucho estrés, estos síntomas suelen empeorar, y cuando el estrés desaparece, los síntomas también suelen disminuir.
Compulsión
Estos se refieren a los comportamientos repetitivos que el paciente se ve en la necesidad de realizar para sentirse momentáneamente mejor en cuanto a su ansiedad de realizar algo.
Entre los temas compulsivos se pueden encontrar el lavado y limpieza, la comprobación, el recuento, el orden, la rutina estricta y la tranquilidad, entre otros.
Obsesión
Al contrario de las compulsiones que son actos, la obsesión se refiere a pensamientos, impulsos o imágenes repetidas, persistentes y no deseados que se convierten en intrusivos, causando ansiedad.
Las temáticas obsesivas en pacientes con trastorno obsesivo compulsivo son el miedo a la contaminación o a la suciedad, no tolerar la incertidumbre, sentir obsesión por el orden y la simetría, pensamientos agresivos sobre la pérdida de control y el daño a sí mismo o a otros, y pensamientos de agresión, entre otros.
Tratamiento
Psicológico: debe realizarlo un profesional especializado y consiste en tratar al paciente psicológicamente para afrontar su ansiedad. El que mejor resultados arroja es el denominado exposición con prevención de respuesta, que forma parte de un tipo de tratamiento psicológico que se llama terapia cognitivo conductual, y consiste en enseñar a la persona a afrontar el malestar o la ansiedad que le provocan las obsesiones, aprendiendo a manejarlas y dejar de realizarlas.
Farmacológico: estos tratamientos antidepresivos suministrados suelen tener unas dosis superiores a las utilizadas en pacientes depresivos. Los más utilizados son los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina.
Los tratamientos farmacológicos deben ser suministrados solo luego si el tratamiento psicológico no da resultados, sobre todo en pacientes adolescentes, o cuando el TOC es muy grave o incapacitante.
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