El té de flor de cayena o hibisco, elaborado a partir de los cálices secos de la Hibiscus sabdariffa, es una infusión popular debido a sus propiedades medicinales. Sus beneficios para la hipertensión y el hígado graso han sido respaldados por diversos estudios científicos, convirtiéndolo en un remedio natural ampliamente utilizado.
La hipertensión arterial, o presión alta, es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares. Este té contiene compuestos bioactivos como los flavonoides, antocianinas y ácidos orgánicos, que tienen un efecto vasodilatador y diurético. Sus compuestos ayudan a relajar los vasos sanguíneos y a eliminar el exceso de sodio a través de la orina, contribuyendo a la reducción de la presión arterial.
Varios estudios han demostrado que el consumo regular de té de flor de cayena puede reducir la presión sistólica y diastólica de manera significativa. Se recomienda beber una a tres tazas al día, preferiblemente sin azúcar, para aprovechar al máximo sus beneficios.
Por su prte, el hígado graso es una afección caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado, lo que puede provocar inflamación y enfermedades hepáticas. El hibisco es rico en antioxidantes y polifenoles, que protegen las células hepáticas y reducen la acumulación de lípidos en el hígado.
Estudios han sugerido que el consumo regular de té de cayena puede disminuir los niveles de triglicéridos y colesterol LDL, dos factores clave en el desarrollo del hígado graso. Además, su efecto hepatoprotector favorece la regeneración hepática y la reducción de la inflamación.
Precaución
Aunque este té es seguro para la mayoría de las personas, debe consumirse con moderación, especialmente en personas con presión arterial baja o que toman medicamentos antihipertensivos. También se recomienda consultar a un médico antes de incorporarlo a la dieta, especialmente en personas con enfermedades crónicas o mujeres embarazadas.
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