AP
La batalla judicial entre una empresa pionera en vehículos autónomos que pertenecía a Google y el servicio de transporte Uber está por comenzar, en medio de denuncias de engaño, traición, espionaje y el robo de datos de alta tecnología.
El juicio, que comienza el lunes en un tribunal federal de San Francisco, surge casi un año después que Waymo, una empresa escindida de Google, demandó a Uber acusándole de robarle secciones clave de su tecnología sobre carros autónomos en el 2016. Uber pagó 680 millones de dólares por una empresa tecnológica dirigida por Anthony Levandowski, uno de los principales ingenieros de un proyecto de vehículos autónomos que Google lanzó en el 2009 y que luego se convirtió en Waymo.
Google fue también uno de los primeros inversionistas en Uber, una relación que eventualmente se agrió. Su empresa matriz Alphabet es dueña también de Waymo.
Waymo ha acusado a Levandowski de robarse miles de documentos con secretos tecnológicos de Google antes de irse a Uber. Acusa a Levandowski de conspirar con el ex director de Uber Travis Kalanick para usar esa tecnología en su propio proyecto de vehículos independientes.
Uber ha negado enfáticamente las acusaciones en el caso civil, que ha desatado una investigación penal por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos. No queda claro si esa investigación se centra en Uber o en Levandowski, quien ha ejercido repetidamente su derecho a no incriminarse y probablemente hará lo mismo si es llamado a declarar en el juicio.
La insistencia de Levandowski en acogerse a la Quinta Enmienda eventualmente llevó a Uber a despedirlo en mayo pasado, aun cuando él tenía una estrecha relación con Kalanick.
Lo que está en juego en este juicio es importante. Waymo está exigiendo compensaciones por daños que según expertos ascenderían a 2.000 millones de dólares. Además exige que el tribunal le prohíba a Uber usar tecnología que le acusa de robar, una acción que podía frustrar los intentos de Uber de incursionar en el área de los vehículos autónomos.
2018-02-05