EFE
Los ingenieros de la Agencia Espacial Europea (ESA) trabajan para recuperar los dos primeros satélites operativos del sistema de navegación Galielo, que fueron situados en una órbita errónea durante su lanzamiento el pasado viernes.
Según indicaron hoy a Efe fuentes de la Agencia, este "contratiempo" no cuestiona "en absoluto" la constelación que prevé formar un sistema de navegación vía satélite europeo para competir con el GPS estadounidense, pero también con dispositivos similares que ultiman Rusia y China.
Aunque "es pronto" para determinar el futuro de los dos satélites, la ESA cree que pueden ser "útiles" para Galileo, algo en lo que se obstinan sus expertos.
Los artefactos están en perfecto estado, han desplegado sus paneles solares y comunican con las estaciones de seguimiento en Tierra, en particular en el centro espacial situado en la ciudad alemana de Darmstadt.
Son "seguidos por los mismos ingenieros que se ocupan del programa Rosetta. Si hay una solución la encontrarán", indicó la fuente.
"Doresa" y "Milena", los dos primeros satélites operativos de la constelación de 30 que forman Galileo, están, sin embargo, en una órbita errónea.
En lugar de orbitar de forma circular a 23.700 kilómetros de la Tierra, donde estaba previsto que los situara el cohete Soyuz lanzado el pasado viernes desde la estación espacial de Kurú, en la Guayana francesa, están en una órbita elíptica que ronda los 19.000 kilómetros en su distancia más alejada de la Tierra.
Los ingenieros de la ESA trabajan en dos escenarios posibles.
Por un lado, mantenerlos en esa posición y tratar de hacer ajustes en las estaciones de seguimiento para que sirvan al sistema de navegación vía satélite, "bien por los datos que envíen, aunque sean pocos, bien para validaciones técnicas".
La otra opción pasa por usar los pequeños motores con los que están equipados para tratar de llevarlos a su órbita prevista.
Esta segunda posibilidad ya fue calificada de "muy difícil" por el presidente del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES) y representante galo en el programa Galileo, Jean-Yves Le Gall.
La corrección orbital agotaría el limitado combustible que tienen los satélites, por lo que al término de la maniobra, que llevaría varias semanas, podría revelarse que los artefactos apenas fueran útiles para sus fines.
"Los ingenieros estudian todas estas hipótesis, todas las variables, para tomar la decisión más adecuada", indicó la fuente.
En cualquier caso, el sistema tiene previsto funcionar con 30 satélites, de los cuales tres son de reserva, por lo que no está en cuestión el futuro de un programa cuya incidencia económica la Comisión Europea cifra en 90.000 millones de euros en 20 años.
Arianespace, responsable de la puesta en órbita de los satélites, tiene previsto comunicar el próximo día 8 las conclusiones preliminares de la comisión de investigación creada junto con los rusos para determinar las causas del fracaso de la misión.
A partir de ahí, la ESA determinará el futuro de los lanzamientos. Un segundo vuelo de Soyuz con dos nuevos satélites estaba previsto que partiera al espacio a principios de diciembre próximo.
Los doce últimos satélites de la constelación deben ser enviados al espacio en grupos de cuatro en tres vuelos del potente Ariane 5, cuya eficiencia no está puesta en cuestión.