EFE
Una millonaria demanda colectiva contra Apple podría estar en riesgo, luego de que los abogados de la empresa presentaran un recurso de último minuto. La demanda es contra un software que impedía que la música descargada en la tienda iTunes se reprodujera en otros dispositivos que no fueran iPods.
El software, llamado FairPlay, ya no se utiliza, pero los demandantes aseguran que éste infló los precios de millones de iPods vendidos entre 2006 y 2009, hasta sumar 350 millones de dólares.
El caso fue a juicio esta semana, pero Apple dice que nueva evidencia muestra que dos mujeres nombradas entre los demandantes tal vez no compraron modelos incluidos en la demanda.
Los abogados de los clientes todavía no están listos para darse por vencidos en el caso. Pero la juez federal de distrito Yvonne González Rogers pidió a ambas partes presentar argumentos por escrito sobre si debe proceder o no el juicio porque ella quiere comenzar a considerar el caso.
"Estoy preocupada de que no tengo un demandante. Ese es un problema", dijo la juez en la corte el jueves en la tarde al final del tercer día de testimonios en el juicio en Oakland, California.
Apple dejó de usar el software en 2009 después de una serie de fallos previos al juicio y la demanda cubre sólo a los iPods comprados entre septiembre de 2006 y marzo de 2009. Los demandantes acusan que el restrictivo programa de Apple dejó afuera a los competidores y permitía a Apple vender sus iPods a precios exagerados. Ellos buscan un pago de 350 millones de dólares por daños, el cual podría triplicarse si el jurado determina que la empresa violó la ley federal de competencia de Estados Unidos.
Pero después de que la demandante Marianna Rosen declaró el miércoles, los abogados de Apple revisaron el número de serie en su iPod Touch y encontraron que lo compró en julio de 2009. En una carta enviada el miércoles en la noche, el abogado William Isaacson dijo que al parecer otra demandante, Melanie Wilson, compró iPods fuera del tiempo establecido, y que en un caso adquirió un modelo que no tiene la versión específica de software tratado en el caso.
Isaacson, quien sugiere que la demanda no puede seguir sin un demandante, pidió pruebas de que alguna de las dos mujeres hubiese comprado el aparato cubierto por el caso. La abogada de los demandantes Bonny Sweeney dijo que era posible que el iPod que compró Wilson tal vez no esté amparado por la demanda, pero señaló que un estimado de 8 millones de clientes pudieron haber adquirido iPods afectados.