Belén Delgado / EFE
Un mapa que refleje la deforestación del planeta podría estar a disposición de los países en desarrollo en los próximos años a partir de un programa que contempla el uso de imágenes satelitales y de una nube en Internet desde la que descargarse los datos.
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Noruega acaban de firmar un acuerdo para destinar 4,5 millones de dólares (unos 4,26 millones de euros) a este proyecto, que busca facilitar la vigilancia de los cambios en la superficie de los bosques y en sus reservas de carbono.
El jefe del equipo de Vigilancia Forestal de la FAO, Anssi Pekkarinen, explicó a Efe que han empezado por trabajar con trece países durante los próximos tres años para desarrollar el software y, si funciona, lo ampliarán a otros usuarios.
No se trata solo de observar la deforestación en la Tierra, obteniendo imágenes por satélite y otros medios, sino también de desarrollar una plataforma fácil de usar que permita procesar e interpretar la información.
"Habrá un mayor acceso a través de esa nueva interfaz", afirmó Pekkarinen, que agregó que se podrán buscar los recursos que se quieran usar y luego descargar los datos en un servidor en la nube o, lo que es lo mismo, en un "gran ordenador ubicado en alguna parte de Internet".
Cuando la conexión a la red es mala, el lento acceso a las imágenes de satélite puede suponer un quebradero de cabeza para los usuarios, sobre todo en los países con menos recursos tecnológicos.
Con la nueva plataforma, sin embargo, sus impulsores pretenden evitar la necesidad de descargar las fotografías de manera local, de modo que todo el proceso de descarga y procesamiento se realice en sitios donde existen ordenadores de gran capacidad y con una buena conectividad.
"Algunos componentes ya están disponibles gracias a nuestro trabajo previo", dijo el responsable, en alusión a la iniciativa anteriormente desarrollada Open Foris, que ofrece un software de código abierto para ahorrar los costes de licencias de propiedad a países que difícilmente podrían asumirlos.
Pekkarinen explicó que también cuentan con un presupuesto para comprar imágenes satelitales a las empresas privadas que las obtienen y proporcionárselas a estos Estados.
Todas esas herramientas tienen un objetivo principal: contribuir a elaborar un mapa de la deforestación y la degradación en el mundo que, además, podría tener otros usos.
Esa nueva plataforma se ha lanzado en apoyo al programa de colaboración de Naciones Unidas para reducir las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero (principalmente de dióxido de carbono) como consecuencia de la deforestación y la degradación forestales en los países en desarrollo.
El subdirector general de la FAO y director del Departamento Forestal, Eduardo Rojas, destacó en un comunicado que el proyecto servirá para seguir los cambios en las áreas forestales y sus reservas de carbono, y para la ordenación sostenible de los bosques.
Después de que los técnicos evalúen la cantidad de carbono acumulado en la biomasa de esas zonas, llega la parte política y, en ese sentido, la FAO espera que los países empleen esos datos fiables mejorando su capacidad en la toma de decisión.
En la práctica, los países podrán también informar de esas cifras y recibir incluso compensación económica por las reducciones de emisiones de dióxido de carbono que hayan sido verificadas dentro de los mercados en los que gobiernos, empresas e individuos pueden venderlas o adquirirlas.