El presidente de la compañía española de telecomunicaciones Telefónica, César Alierta, inauguró hoy en Madrid el mayor Centro de Datos de máxima fiabilidad Tier IV, en el que la operadora invertió 120 millones de euros (unos 156 millones de dólares), aunque superará los 300 millones cuando esté concluido.
El centro dará servicios de computación en la nube, comunicaciones entre máquinas y aplicaciones basadas proceso de datos, entre otros, a la propia operadora y a otras empresas.
Antes de la inauguración, el consejero delegado de Telefónica Global Tecnology, Juan Pedro Gravel, informó de que los servidores de la operadora de Reino Unido, Alemania, República Checa y España se concentrarán en este centro para lo que invertirán otros 200 millones de euros.
El presidente de Telefónica explicó que la compañía responde así al reto de la tecnología digital y que el centro estará comunicado con los de México y Brasil, que fueron inaugurados recientemente.
Según Alierta, el centro es fundamental para la computación en la nube y sostuvo que serán las pequeñas y las medianas empresas las más beneficiadas al poder acceder a servicios sofisticados sin grandes inversiones.
El nuevo centro tendrá 23 salas de tecnologías de la información aunque ahora tiene abiertas siete, sobre una superficie construida de 65.700 metros cuadrados.
La capacidad de procesamiento de estas primeras siete salas será equivalente al funcionamiento de 35 millones de portátiles.
El centro contó con una aportación de 24 millones de euros en subvenciones y créditos blandos tanto de la administración española como del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
De los ocho centros de datos con la máxima calificación Tier IV del mundo, dos están en España, uno es el inaugurado hoy y otro es el que tiene en Madrid el BBVA.
El Consejero Delegado de Telefónica Global Tecnology, Juan Pedro Gravel explicó a los periodistas que la estabilidad geológica de España le permite alojar este tipo de centros y que para conseguir la máxima eficiencia energética aprovechan el propio aire del exterior para la refrigeración. /EFE