EFE
Cuando Walter Martínez tenía diez años se divertía destripando juguetes y televisores viejos, cuyas piezas le servían para dar vida, cual joven Frankenstein, a nuevas criaturas en cuyos circuitos palpitaba su sueño de construir robots.
Martínez nació y se crió en Honduras y tuvo clara su vocación desde que vio por primera vez la película "Star Wars" (1977). Hoy a sus 42 años reside en California, es analista de sistemas y profesor de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Long Beach, donde enseña los secretos de la robótica.
"Una vez que uno aprende cómo funciona un robot, ya sabe cómo funcionan todos", aseguró Martínez en una entrevista con Efe en un aula plagada de máquinas y androides, más o menos sofisticados, que evidencian que aún queda camino por recorrer para que los humanoides de las películas se paseen por la calle.
"El software está mucho más avanzado que el hardware", apuntó este profesor, mientras activaba varios de sus ejemplares capaces de articular gestos, pestañear e interactuar con el espacio que les rodea.
A su juicio, la tecnología actual está más cerca de una inteligencia artificial como la expuesta en la película "Her" (2013), donde el protagonista se enamora de un sistema operativo, que la que muestran cintas como "I, Robot" (2004), en la que serviles androides se rebelan contra sus dueños humanos.
Martínez aclara, no obstante, que es muy difícil que un robot tenga conciencia de sí mismo, lo más que se puede hacer es programarlo para que lo parezca.
"El cerebro humano es mucho más complejo", señaló este hondureño que desde hace tres años es también el presidente de la Sociedad de Robótica del Sur de California (RSSC) y fue tomado como referencia de inventor experto en robótica por el equipo de "Transformers: Age of Extinction" para el rodaje del filme.
Si bien la realidad de "Transformers", cuyo nuevo DVD y Blu-ray debuta el 30 de septiembre, así como la de "Star Wars" es de otra galaxia, Martínez cree que llegará el momento en el que será habitual la existencia de androides acompañantes, especialmente para personas de la tercera edad, como en la película "Robot & Frank" (2012).
El profesor, el único latino en RSSC, argumentó que Japón está muy interesado en desarrollar ese tipo de humanoides para poder atender a su longeva población, y citó como ejemplo el conocido prototipo Asimo, de Honda.
"Es importante que la inteligencia artificial tenga un cuerpo", insistió en alusión a asistentes de voz que Apple, Google y Microsoft incluyen en sus teléfonos.
"La duración de la batería es el problema número uno de un robot portátil. Al ver que un robot solo dura 20 minutos de conversación la gente se va a aburrir", explicó Martínez, que reconoció que la tecnología está avanzando mucho en ese terreno.
En su afán por hacer que su pasión sea accesible a cualquiera, este hondureño ha desarrollado un kit de robótica diseñado para que mayores y niños, desde los 10 años, aprendan a construir su propio robot autónomo sin necesidad de conocimientos previos.
El sistema está a la venta por 200 dólares en su página web RoboticsCity.com y está siendo probado en la Universidad de Cabo Verde, y Martínez quiere que llegue a toda América Latina, para lo que ya ha empezado a establecer contactos en Honduras.
"Usando esa tecnología uno más o menos aprende lo que usan los carros Tesla (eléctricos). Todo está relacionado", dijo.
Martínez, además, está realizando una investigación sobre cómo un robot puede ayudar a niños con autismo a mejorar sus habilidades sociales.
2014-09-29