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Las redes sociales más populares están recibiendo constantes críticas por alojar contenido extremista, radical y violento. Aunque grandes compañías como Facebook ya han anunciado medidas especiales para controlar las cuentas que intenten hacer apología de la violencia, no son capaces de eliminarlas del todo.
Ahora YouTube hace pública su línea de actuación contra este tipo de contenido tras recibir quejas e incluso baneo por parte de los anunciantes.
Desde hace un tiempo, la plataforma de Google colabora con gobiernos y cuerpos de seguridad para identificar a los autores de los vídeos radicales antes de eliminarlos. La nueva estrategia a seguir por YouTube incluye cuatro pasos:
El primero de ellos pasa por clasificar de forma más eficiente los vídeos que se suben a la plataforma, identificando su tipología en menos tiempo. De esta manera, los vídeos que puedan contener material violento o propaganda terrorista serán advertidos con mayor rapidez.
YouTube refuerza su equipo de indicadores de confianza, un grupo de expertos con privilegios especiales que pueden revisar contenido etiquetado como violento o que infringe las normas de la comunidad. Actualmente colaboran 63 organizaciones para frenar la expansión de vídeos de autoviolencia o terrorismo, y Google prepara un convenio con otras 50.
Pero, ¿qué pasa con los vídeos que no violan exactamente las normas de uso de la plataforma? Son los que incitan al odio y la violencia, y contienen discursos de marcado tono belicista contra un colectivo o ensalzan la supremacía de una religión. Como no se pueden eliminar, el algoritmo de YouTube los esconderá y el autor no cobrará los ingresos por publicidad que las visitas generen.
El último paso al frente que YouTube dará contra el terrorismo es implicarse de forma activa en la contra narrativa. Esto quiere decir que, a través del programa Creadores por el Cambio, la plataforma pretende crear contenido que recuerde cómo se puede salir de una situación difícil sin caer en el extremismo. Quieren competir contra la enorme red de captación de grupos como ISIS, que a través de las redes sociales ejerce un enorme poder en los jóvenes, por ejemplo.
Algunas de las acciones de YouTube se aplican ya en otras redes sociales, como Facebook. El algoritmo de la plataforma de Mark Zuckerberg también esconde la información extremista con objeto de limitar su difusión, y apoya un proyecto para generar una contra narrativa. Tanto Facebook como YouTube y Twitter forman una alianza contra el terrorismo online, que se forjó hace seis meses, y que responde a las exigencias de gobiernos como el británico, duramente atacado por ISIS, y el europeo.
Con información de TreceBits.
2017-06-21