“La principal ventaja de encontrarse en una tierra rodeada completamente por el mar consiste en que, inconscientemente, nos provoca una mayor sensación de desconexión de nuestra rutina diaria”, explica Pablo Santaella, responsable de mercado de una firma especializada en localizar las ofertas de viajes con mejor relación calidad-precio. Esto sin duda es un aliciente a la hora de disfrutar de un período de vacaciones”, reconoce.
“Además, en este tipo de enclaves es posible disfrutar de excursiones y experiencias náuticas únicas, así como practicar deportes como la vela o el buceo en sus diversas modalidades”, según Santaella.
De Raja Ampat al archipiélago Gili
Apunta el especialista que en el archipiélago indonesio de Raja Ampat, una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo, puede practicarse “esnórquel, entre innumerables y coloridos peces, así como encontrarse animales tan exóticos como el dudongo, un pequeño mamífero apodado `vaca marina´”.
A quienes quieran disfrutar de un verdadero paraíso terrenal, Santaella recomienda visitar las Islas Palaos, en Micronesia (Oceanía), que albergan unos espectaculares arrecifes de coral, “el paraíso de todo buceador”, matiza el experto.
“Si se quiere huir de lugares tan concurridos como las islas Maldivas -al sur de la India- buscando un destino exótico y diferente, Palaos, un archipiélago de origen volcánico, es una gran elección", enfatiza.
Santaella señala que en Bora Bora, en plena Polinesia Francesa, se encuentra otro de los destinos soñados por muchos viajeros. “En esta isla, rodeada por una laguna y separada del mar por un arrecife, existen multitud de bungalows sobre el agua, donde los más afortunados pueden evadirse”, añade.
El archipiélago Gili (Indonesia), en una de cuyas islas se ha instalado un gran columpio "con unas vistas alucinantes"; la isla Vis (Croacia), en la que está "escondida" la playa Stiniva, elegida como el litoral más bello de Europa; y la ínsula filipina de Palawan, donde está el río subterráneo navegable más largo del planeta, son otras sugerencias paradisíacas de Santaella.
Este experto también recomienda visitar las Islas Berlengas (Portugal), “repletas de impresionantes acantilados, recovecos y grutas que han sido declaradas Reserva Natural por la Unesco”, así como la isla de Formentera (España), “la menor del archipiélago de las Baleares, con sus espectaculares calas, atmósfera pausada, exquisita gastronomía y vestigios hippies”.
Joyas isleñas americanas
En América se localizan buena parte de las islas más paradisíacas y alejadas de las multitudes, recomendadas por la firma a la que representa Santaella, parte del grupo HolidayPirates, fundado en Alemania y una de las comunidades sociales de viajes más dinámicas de Europa.
Contoy (México) es un santuario natural, con playas vírgenes y una isla que aún no ha sido presa de las grandes cadenas hoteleras. No tiene ningún hotel y sus visitantes, limitados a 200 por día, acceden en barco desde Isla Mujeres o Cancún, según Santaella.
“Bucear entre langostas, crustáceos y relucientes corales, admirar la diversidad de aves marinas o relajarse en la playa al caer el sol, son algunas de las opciones de esta paradisíaca isla”, señala.
“Rica en manglares, bosques y playas de ensueño, Vieques (Puerto Rico) es una de las bahías bioluminiscentes de mayor intensidad en el mundo”, según Santaella, que propone sumergirse en sus aguas cristalinas y el estilo de vida y recorrer su docena de calas. “Aquí, los días se pasan entre arrecifes de coral e historias de piratas, y las noches son fluorescentes gracias a los dinoflagelados, pequeñas criaturas que brillan bajo el agua”, apunta.
“Con influencias españolas e inglesas y de piratas y corsarios, la isla de San Andrés, en Colombia situada a 700 kilómetros de la costa, posee una magia inigualable, unos paisajes exuberantes y la sabrosura del Caribe”, según Santaella.
Destaca que “sus habitantes bailan al ritmo del `reggae´, su mar es azul turquesa, pero también verde y a veces lila”, y recomienda “visitar el hoyo soplador o el cercano islote de Johnny Cay y probar sus famosos `cocos locos´”.
En el binomio de islas caribeñas de Antigua y Barbuda el viajero encontrar· un marcado acento inglés, carreteras estrechas, pintorescas calas y coloridas aldeas, mientras que “los adictos a las playas y a los paisajes rebosantes de cocoteros estarán a gusto en estas dos pequeñas islas”, asegura Santaella.
Antigua tiene 365 playas, “una para cada día del año y todas ellas paradisíacas, y Barbuda sorprende por el suave tono rosa de su arena y por la apacible soledad que le otorgan sus escasos nueve habitantes por kilómetro cuadrado”, adelanta.
Rodeada de aguas cristalinas color turquesa y con uno de los fondos marinos más impresionantes de América, la isla hondureña de Roatán tiene playas con arenas increíblemente blancas y un pasado rico en historia, ya que el mismísimo pirata Morgan la usaba como escondite, según el experto de Holiday Pirates.
“Quien rente una `scooter´ y recorra la isla desde el West End hasta Santa Elena, por el camino se encontrará con cocoteros, plantaciones de lechosa y orquídeas silvestres”, concluye. EFE.