Una palabra: yoga, que significa unidad, la unión del cuerpo y la mente; de allí, que esta antigua tradición de la India, sea una práctica física y espiritual, que te aporta armonía.
Una vida en equilibrio
Actualmente existen varias formas de esta disciplina, y el número de seguidores es cada vez mayor en todo el mundo, debido a que su práctica representa un enfoque de la salud y el bienestar desde lo holístico.
El yoga es una filosofía de vida para quienes muestran coherencia entre los principios de la actividad, lo que dicen y hacen.
Ser yogui
A las personas que hacen yoga se les conoce como yoguis y se les reconoce dentro o fuera del mat. Una de sus premisas es la “no violencia” en cualquiera de sus expresiones, por ello están comprometidos en hacer el bien a otros y a sí mismos, evitar conflictos y agresiones.
Procuran hacer actividades físicas adecuadas, que no supongan excesivo esfuerzo físico.
La alimentación es esencial para este estilo de vida, porque se considera la mejor medicina preventiva, de allí que coman más vegetales, verduras y frutas, en lugar de comidas procesadas y embutidos.
Diferentes clases
Asthanga. Es el yoga que se enfoca más en el trabajo físico por medio de las asanas.
Iyengar. Está más adecuado para los principiantes, informa sobre cómo alinearse o respirar.
Vinyasa. Es la práctica que permite experimentar la creatividad y la libertad.
Dharma. También se centra más en la parte física.
Pranayama y meditación. Se enfoca en el control de la respiración y de la mente; a medida que avanza, se hace más compleja.
Kundalini. Se centra en la respiración (Pranayama), los mantras y la meditación (Dhyana); sin descuidar las asanas.
Nada. Conocido como el yoga del sonido, asume esta vibración como una forma de energía que interfiere en nuestros cuerpos, en nuestra mente y en nuestro espíritu. Pretende emocionarnos, inspirarnos y conmovernos.
Nidra. Se le conoce como el yoga del sueño, y trata de conseguir el “sueño consciente”, es decir, poder meditar manteniéndonos en el estado de “duermevela”.
Beneficios
Además de ayudarnos a encontrar armonía, el yoga ha demostrado ser muy favorable para la salud cardiovascular, mejorar nuestra condición aeróbica, reducir la presión arterial, regular el índice de masa corporal, controlar los niveles de colesterol, así como minimizar el estrés y la ansiedad.
En las embarazadas, mejora el sueño, aumenta su fuerza, flexibilidad y resistencia, disminuye el dolor de espalda baja, reduce las náuseas, el síndrome del túnel carpiano, los dolores de cabeza y el riesgo de parto prematuro.
Dato
– Si bien estar tonificada, fuerte y con buen aspecto, no es un objetivo del yoga, sí será el resultado
– La práctica puede ser sencilla, basada en movimientos sutiles y posturas menos rígidas
– Se busca el entrenamiento de cuerpo y mente, así como su purificación, para el encuentro con Dios, y en ese camino se adoptan muchas rutinas y costumbres.
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