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Una alergia es una reacción anormal que produce el organismo como forma de protección cuando rechaza alguna sustancia que no reconoce como beneficiosa (polen, pelos de gato, polvo, mariscos, enlatados, entre otros).
Si generalmente eres vulnerable a ciertas sustancias es importante que reconozcas los síntomas de las alergias para actuar eficazmente y prevenir esta alteración.
Síntomas y clasificación
El estornudo, la obstrucción de las vías bronquiales, erupciones en la piel, picazón en el paladar y oídos, vómitos y diarrea, son los síntomas más comunes de la alergia.
Sin embargo, según el tipo de alteración, los signos pueden variar:
Respiratoria: se caracteriza por la presencia de enfermedades crónicas como rinitis y asma.
Cutánea: se manifiesta por medio de alteraciones en la piel, eccemas endógenos, dermatitis y edemas.
Ocular: viene normalmente acompañada de los síntomas nasales y es el enrojecimiento, picazón y ardor de los ojos.
Digestiva: Produce vómitos, diarrea y mareos.
Causas
Genéticas: si en la familia ha habido personas que padezcan de alergias de algún tipo, es probable que los miembros menores vayan manifestando a lo largo de su vida estos síntomas.
Tabaquismo: si una persona es susceptible a los ácaros de polvo, el tabaco aumentará los síntomas y podría crear infecciones respiratorias.
Fármacos: las alergias provocadas por cualquier medicamento son las más comunes y normalmente se dan en personas adultas. La primera reacción suele ser leve, pues el cuerpo aún está asimilando que ciertos componentes no son compatibles con el organismo; posteriormente, se agudizan y provocan signos más fuertes debido a que el organismo empieza a liberar los anticuerpos.
Componentes alimenticios: colorantes, conservantes, aromáticos, antioxidantes, saborizantes, espesantes y endulzantes son la mayoría de los componentes químicos que originan las alergias.
Tratamientos
La mayoría del tiempo los especialistas recetan antihistamínicos pues estos medicamentos impiden que se libere la histamina (sustancia responsable de causar alergias que se manifiestan por medio de rinitis, picor en la piel y conjuntivitis).
Existen dos tipos de antihistamínicos: de primera generación, que son los más primitivos. Este tipo de antialérgico es de los que produce sueño y ansiedad o apetito. Los de segunda generación no tienen ese efecto sedante, se administran por vía oral y por vía intramuscular en situaciones de urgencia.
Otros fármacos son los que incluyen cromoglicato disódico; este componente mantiene estable la membrana de los mastocitos, unas células que se encargan de intervenir en los cuadros alérgicos impidiendo que se liberen conductores químicos. Se administra por vía nasal y bronquial para eliminar la sensación de asfixia.
Prevención
Lo más importante es que una vez que la persona determine los desencadenantes de alergia, se mantenga alejada de ellos.
Los alérgicos al polen pueden prevenir cualquier reacción evitando las corrientes de aire. Por su parte, si el problema es el polvo, se recomienda colocar cortinas en casa y desenvolverse en lugares limpios.
Quienes padecen alergia cutánea deben usar ropa fresca, de algodón o lana y lavarla continuamente, así como las sábanas.
En líneas generales, si eres vulnerable a ciertas sustancias, disminuye la ingesta de colorantes, mariscos, enlatados y comidas que contengan demasiados ingredientes químicos. Y recuerda acudir al médico de inmediato si observas alguna reacción desfavorable.
2020-08-28
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