Llevar las uñas arregladas es una prioridad para casi todas las mujeres, y para ello se recurre a la manicura. En el proceso de arreglarlas, lo primero que hacen es remover la cutícula que las envuelve.
La cutícula es una parte vital de la estructura de las uñas, desempeñando un papel crucial en la protección y mantenimiento de la salud de las mismas. Ubicada en la base de la uña, la cutícula es una fina capa de piel que actúa como una barrera protectora, evitando que bacterias, hongos y otros agentes patógenos ingresen al área sensible de la matriz ungueal. Esta protección es esencial para prevenir infecciones y otros problemas que pueden comprometer la integridad de las uñas.
Eliminar la cutícula, ya sea mediante corte o empuje excesivo, es un error común en las rutinas de cuidado de las uñas. Esta práctica, aunque frecuente en muchos salones de belleza y procedimientos de manicura, puede tener consecuencias negativas significativas para la salud de las uñas y la piel circundante.
Cuidado de las uñas
Primero, al remover la cutícula, se elimina la barrera natural de protección, dejando la matriz de la uña expuesta a posibles infecciones. Las bacterias y los hongos pueden aprovechar esta oportunidad para penetrar en la piel, causando inflamación, enrojecimiento, y en casos más graves, infecciones que requieren tratamiento médico. Además, la eliminación de la cutícula puede provocar que la piel circundante se vuelva más dura y seca, resultando en una apariencia poco saludable y, en algunos casos, dolorosa.
En segundo lugar, cortar o empujar la cutícula puede dañar la matriz ungueal, la parte de la uña responsable de su crecimiento. El daño a esta área puede resultar en el crecimiento irregular de las uñas, con surcos, manchas blancas o incluso en deformidades permanentes. Mantener la cutícula intacta asegura un crecimiento de uñas más fuerte y saludable.
En lugar de eliminar la cutícula, es recomendable cuidarla adecuadamente. Mantener las cutículas hidratadas con aceites o cremas específicas puede mantenerlas suaves y manejables, reduciendo la necesidad de su eliminación. Además, empujar suavemente la cutícula hacia atrás, en lugar de cortarla, es una práctica más segura y saludable.
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