Juan Ernesto Páez Pumar
Que un hombre asista al acto del Día del Padre o de fin de curso en el colegio de su hijo, parece de entrada la cosa más normal del mundo. Pero que ese progenitor sea un sacerdote, y a la vez se presente con todo y sotana al plantel, no puede menos que provocar el murmullo colectivo.
Por años le tocó vivir esta peculiar situación a Fernando Rivas, un licenciado en Estudios Internacionales nacido en Caracas en 1968. ¿Y es que acaso estaba cometiendo en público la peor de las blasfemias? Nada de eso, pues Rivas, si bien es presbítero, pertenece a la Iglesia Ortodoxa Griega, la cual permite a sus ministros del culto casarse y tener familia.
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2015-07-16