Las hallacas se comen usualmente en diciembre, no obstante, los antojos pegan en cualquier época del año y hay quienes “lo matan” al venderlo por encargo.
Debido a que no es plato típico de julio, no es un menú fijo en restaurantes o emprendimientos de comida.
Quienes ofrecen hallacas lo hacen desde sus redes sociales, con encargo mínimo de 15 unidades.
Locales como Hallacas Ccs y Hallacas Gourmet ofrecen este plato y puede ser ordenado desde sus cuentas de Instagram.
El precio varía dependiendo de lo que pida el cliente.
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En la mayoría de establecimiento que venden por encargo, las hallacas cuestan 3 dólares al detal, mientras que al mayor es de 2,5$.
Un plato navideño completo ronda los 7 dólares. En él ofrecen hallacas, pan de jamón y ensalada de gallina.
Hallacas fuera de temporada
Estos precios se mantienen igual a los costos de diciembre de 2022, sin embargo, para este año es posible que aumenten.
Además, varios locales consultados señalan que por no ser temporada de hallacas no hay promociones y todo es por encargo.
No obstante, la venta de bollitos se ve en la calle y es muy demandada en los desayunos, como una propuesta diferente a las arepas, empanadas y cachapas.
Los ciudadanos compran esta alternativa ante los antojos de hallacas.
Los bollitos suelen ser diferentes a las conocidas hallacas por su relleno. Algunos son de carne, otros de chicharrón y también hay de pollo.
Otros apuestan por bollitos de caraota y algunos solo de masa aliñada, además de picantes.
A diferencia de la hallaca, los bollitos se encuentran en muchas esquinas, bulevares e incluso colas de gasolina.
"Matan un antojo"
Varios usuarios consultados en un recorrido de 2001, señalan que es un plato diferente al que se vende normalmente en la calle, para cambiar las empanadas en los desayunos o los perros calientes en los almuerzos.
Antonia Albarrán explicó que es un antojo que “de vez en cuando pega”.
Otro encuestado de nombre Javier resalta que es algo diferente de lo que se ve en muchos puestos de comida rápida.
Por su parte, Alicia Pietro, vende bollitos en las colas para surtir gasolina. Señala que como son personas que pasan toda la noche en la calle, en la mañana buscan un desayuno rápido.
La señora Alicia ofrece bollitos a un dólar o al cambio del día. Trabaja de 6 a 9 de la mañana y algunas veces de noche.
La consultado explicó a 2001 que viajó desde Mérida a Caracas por la falta de trabajo y que gracias a sus hallacas y bollitos puede sobrevivir.
En Los Andes, Alicia cocinaba para una casa de familia, luego de perder dicho trabajo se trasladó a la capital para ser generando ganancias con la cocina.
Para ella el mejor puesto actualmente es donde haya conductores en la espera de surtir gasolina.
De igual manera, Alexandra Rey, vende bollitos a 20 bolívares cada uno desde su camioneta en Quinta Crespo, siguiendo la tradición familiar.
Rey destaca que sin importar la fecha a la gente le gusta comer hallacas o su semejanza, por lo que siempre hay clientes.
Además, señala que desde su punto de trabajo, las ventas son mayores en la tarde, estilo almuerzo.
Varias personas encuestadas aseguran que las hallacas como los bollitos son buscados para cambiar de comida callejera tradicional.
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