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Chamos salen "fallos" de la educación media

Domingo, 02 de julio de 2017 a las 08:00 pm
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Naysai Saavedra

La diferencia en la exigencia del índice académico para la aceptación en las universidades públicas autónomas dependen de diversos factores, entre estos destacan la demanda, la oferta, la ubicación geográfica, los estándares y la tradición de la casa de estudios, así lo explicaron los rectores de las universidades de Los Andes (ULA) y la Metropolitana (Unimet), Mario Bonucci y Benjamin Scharifker respectivamente.

Más allá de buscar ser excluyentes o de “frustrar” las aspiraciones de los chamos, las universidades buscan asegurarse de que los estudiantes tengan la preparación necesaria, de modo que desarrollen aptitudes y destrezas para desempeñarse en las carreras que desean estudiar para ejercer como oficio en el futuro.

Pobre educación. Los rectores consideran que en la actualidad el bachillerato no está cumpliendo con su cometido: “¿Los chamos salen preparados para llevar a cabo algún oficio? No. Entonces solo se les está preparando para que ingresen a la universidad, pero resulta que no se están graduando con los conocimientos necesarios y algunos no entran al sistema”, explicó Bonucci, agregando que las universidades son reconocidas universalmente por ser meritocráticas, espacios en los que se genera y recrea el conocimiento.

En principio esto se mide a través de la habilidad numérica y el razonamiento verbal, razón por la que además las universidades realizan pruebas internas de selección.

Scharifker, de la Metropolitana, recalcó que sólo aproximadamente el 30% cumple con lo básico en ambas áreas, lo que implica que aproximadamente el 70% no está del todo preparado para ingresar. De este 70%, un 50% no cuenta con los conocimientos en matemática, ni los verbales y otro 20% reúne lo necesario en un área, pero no en la otra.

Sin embargo, de este 70% un 60% puede cumplir con los requerimientos aplicando a cursos remediales como los que ofrecen estas casas de estudios, pero queda de manifiesto que tienen importantes deficiencias del bachillerato.

Además, hay carreras en las que es necesario evaluar otros indicadores, como lo son la habilidad espacial, la motricidad fina, entre otros. Al final, Scharifker indicó que se termina descartando aproximadamente un 10% porque no reúnen las capacidades y porque consideran que tampoco tienen el interés. “Cada universidad tiene la responsabilidad de establecer sus estándares, los propósitos de cada universidad son diferentes”, consideró.

Bonucci dijo que no significa que no estén pensando en qué hacer con los estudiantes que no demuestran la destreza o habilidad: “En nuestro caso tenemos el programa ‘Fray Juan Ramos de Lora’, lo desarrollamos para que se preparen para enfrentarse a procesos de selección”, señaló el rector de ULA.

Desigualdades. Bonucci reconoció que no es lo mismo un estudiante que proviene de una clase alta, e incluso media, a una baja. Así como no es lo mismo un estudiante que vive en un pueblo a una ciudad, o uno en un barrio y otro el centro de Caracas o el este, todo esto en relación al acceso a internet, las bibliotecas, el transporte e incluso entra el factor de la buena alimentación.

Consideró que el problema de la desigualdad no empieza al momento de entrar a la universidad, sino desde el momento en el que el chamo nace y no hay políticas públicas que resuelvan este problema: “Políticas de nivelación e inclusión con calidad, de nada sirve ingresar a un estudiante que no tiene las condiciones para que fracase los primeros semestres” , dijo.

Caso Opsu. El rector de la ULA resaltó que fue un gran error la eliminación de las pruebas de Aptitud Académica, ya que estas eran diagnósticas y las universidades podían conocer en qué estaban deficientes los planteles, en muchos casos tomando medidas para elevar el nivel y la exigencia de los mismos a través de cursos.

Por otra parte, el hecho de que estén asumiendo una carga mayor que el de las propias casas de estudio para la asignación de cupos, sin que se conozcan a ciencia cierta los criterios, hace que se acepten estudiantes por el simple hecho de aceptarlos.

“La Opsu ha fracasado, se supone que son una oficina de planificación, pero tienen un objetivo netamente numérico. No buscan fortalecer el sistema sino generar una producción genérica masiva a pesar de que eso no vaya a prosperar en el futuro”, aclaró Bonucci.

2017-07-03