Desde mediados de noviembre los buhoneros tomaron las calles de Sabana Grande y hasta Chacaíto con la venta de ropa, juguetes y cualquier artículo para Navidad.
El equipo de 2001 realizó un recorrido por este conocido bulevar de la capital para recoger la opinión de comerciantes y transeúntes.
Edgar Monogan, comerciante, expresó que desde el mes pasado se quintuplicó la cantidad de trabajadores informales.
Dice entender que “ellos también tienen derecho a trabajar para cubrir sus necesidades y aún más tomando en cuenta la difícil situación del país”, sin embargo, está en desacuerdo con la falta de conciencia que tienen algunos al momento de la limpieza.
“Este es el baño de los buhoneros”, dijo Monogan al quejarse del mal olor que hay en los alrededores de su local. Critica que algunas personas hagan sus necesidades en las calles incluso en presencia de mujeres y niños.
Considera que las autoridades deberían obligarlos a mantener limpio el espacio donde trabajen.
Por otra parte, mencionó que desde noviembre la Alcaldía de Caracas implementó una campaña para evitar el exceso de basura en las calles y “más o menos se cumple”.
La empleada Fabiana Carrasquero, quien al momento de ser consultada estaba barriendo en las afueras del local, indicó que hay un aumento en los desechos por la cantidad de gente que está frecuentando el bulevar.
Según dijo, la cantidad de papeleras en la zona no es suficiente, por lo que a diario los empleados de la mayoría de locales tiene que asear su espacio.
Carmen González, quiosquera, se quejó de la cantidad de gente que hay en la zona porque “no se puede ni caminar”.
También ve necesario que haya más botes de basura para evitar tanta contaminación.
Inseguridad. Comerciantes y transeúntes aseguran que, aunque los episodios de inseguridad son menos que en años anteriores, las noches todavía son peligrosas.
Carrasquero comentó que en las noches de los fines de semana es más frecuente presenciar peleas y pleitos.
Aunque no ha visto robos sí tiene conocimiento de vecinos que desde los balcones de sus casas han sido testigos de cómo persiguen a personas para despojarlas de sus pertenencias.
Freiber López, transeúnte, señaló que, aunque en la zona suele haber presencia policial, tiene precaución con sus pertenencias y evita llevar consigo dólares en efectivo a menos que realmente los vaya a necesitar.
Euclides Suárez comentó que evita sacar a la calle su teléfono inteligente por temor a que lo roben, se mantiene comunicado con un “perolito”.
“Por el exceso de gente que hay es muy fácil que te roben”, expresó.
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