El Consejo Nacional Electoral anunció que realizará una auditoría a las mesas de votación no revisadas después de los comicios presidenciales en Venezuela, a raíz de que la oposición reclamó un reconteo total de la votación en la que triunfó el oficialista Nicolás Maduro.
A pesar de que no será un reconteo sobre el 100% de las mesas y las cajas con los votos, el opositor Henrique Capriles dijo que los problemas que han detectado están precisamente sobre esas cajas no auditadas y por tanto se daban por el momento por satisfechos con el anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE).
La presidenta del Consejo, Tibisay Lucena, dijo en un mensaje a la nación que se decidió "auditar" el 46% de las mesas que no fueron revisadas tras la elección del domingo.
Las normas electorales en Venezuela señalan que al final de la jornada electoral se debe realizar una "auditoría ciudadana" del 54% de las mesas de votación escogidas al azar, un mecanismo por el que las cajas con los comprobantes de votación se abren, se cuentan éstos en voz alta y el resultado se transcribe en una constancia.
Lucena no dijo si la "auditoría" del 46% restante de las mesas implicará el conteo de cada uno de los comprobantes de la misma forma que se hace con el 54%.
La víspera, el Tribunal Supremo de Justicia dijo que en el país no existía el conteo manual de votos.
Para la elección se instalaron poco más de 39.000 mesas de votación.
"Con la muestra que se presenta yo creo que tengo el universo de electores necesario para llegar a donde yo quiero", dijo Capriles.
"Yo quiero demostrar… que la diferencia que existe no le da la victoria a Maduro en términos de votos", señaló el opositor en un mensaje a la prensa desde su comando de campaña.
El último reporte de la autoridad electoral señaló que con 99.12% de los votos escrutados, Maduro obtuvo 7.563.747 sufragios o el 50,75%, y Capriles 7.296.876 votos o 48,98%. Hay por lo tanto entre ambos una diferencia de 266.871, de más de 14.800.000 sufragios emitidos.
Pidió a sus seguidores no caer en provocaciones y no realizar actos de "anarquía".
La funcionaria electoral dijo que se auditarán un promedio de 400 cajas por día y el inicio del proceso será anunciado la próxima semana.
"Estamos donde queremos… los papelitos se cuentan, se abre la caja y usted cuenta… después el acta y después cuaderno de votación… de eso se trata", dijo el opositor.
Capriles sostiene que él ganó la elección presidencial y advirtió que no reconocerá la victoria de Maduro hasta que se realice un recuento total de la votación.
Maduro, heredero designado del fallecido presidente Hugo Chávez, dijo la víspera que acataría cualquier la decisión del Consejo Nacional Electoral.
"Esta decisión ha sido tomada atendiendo una situación evidentemente particular y en ningún caso debe ser interpretada como escrutinio alguno", dijo la titular del consejo electoral.
Dijo que la auditoría se realizará en presencia de técnicos designados por los comandos de campaña de los candidatos a la presidencia.
"El poder electoral toma esta decisión en aras de aportar a un clima de armonía entre venezolanos y venezolanas, pero también para aislar a los sectores violentos que buscan irresponsablemente lesionar la democracia", añadió Lucena.
Para la elección se instalaron poco más de 39.000 mesas de votación.
La decisión del CNE ocurre un día antes de que Maduro asista a una ceremonia en la Asamblea Nacional para juramentarse como presidente, aunque sin la presencia de los legisladores de la oposición.
"Este gobierno sigue ejerciendo su gobierno hasta que aquí se resuelva esto", dijo Capriles. "Es una historia por capítulos", añadió.
Maduro se encontraba al momento del anuncio en Perú, a donde acudió a una reunión extraordinaria del bloque del Unasur que abordaría la situación post electoral en Venezuela.
Antes de viajar, arremetió de nueva cuenta contra la oposición, a quienes acusó de conspirar en su contra y advirtió que será un mandatario de "mano dura" contra hechos que considere golpistas.
"Yo no voy a ser un presidente débil", dijo Maduro antes de partir hacia Lima. "Yo voy a ser un presidente de mano dura con el golpismo, con lo mal hecho, con la ineficiencia, con la corrupción, con los golpistas", añadió el presidente electo que ha acusado a la oposición de planear un golpe de Estado./AP