En caracas, al igual que en muchas otras ciudades, el arte de tejer mantiene su vitalidad y se ha adaptado a nuevas tendencias. Es un resurgimiento notable en los últimos años, impulsado por diversos factores como la búsqueda de actividades manuales o el interés por lo artesanal.
La tradición del tejido en Venezuela
En el país, el tejido se considera una labor comercial, Yulimar Escania es tejedora comercial desde hace 10 años, y se considera así misma como una “aprendiz eterna" porque todos los días se aprende algo nuevo.
” Mi mundo de tejido ha sido una evolución constante porque al saber que es un arte milenario surge de la necesidad del ser humano de elaborar sus textiles. En la actualidad, los cambios de tendencia han sido enormes porque en las diferentes generaciones “siempre hay alguien que dice mi abuela tejía, mi mamá tejía”.
En las últimas generaciones, la tendencia a aprender a tejer ha crecido y muchas personas, incluidos hombres, están incursionando en él.
El tejido y la tecnología
Aunque sea una práctica antigua, se ha adaptado a la era digital, pues la tecnología no siempre es el enemigo. Las redes sociales han sido una herramienta clave para difundir este arte con comunidades online.
“El tejido no pasa de moda por muy milenario que sea”, precisó la dueña de @Yolicrafting.
Herramientas como el crochet o punto (tricot) de dos agujas son de las más comunes cuando se teje a mano, en la actualidad muchas empresas han traído consigo nuevas herramientas que facilitan el trabajo.
Desde los estilos de las agujas de crochet o ganchillo como los materiales que se utilizan en las dos agujas. “antiguamente, las personas elaboraban sus ganchillos a mano, podían ser de bambú, metal o madera”.
El Entrelazado como expresión artística
El tejido no es solo una manualidad, sino también una forma de terapia y expresión. La industria ha visto innovaciones interesantes como los "amigurumis" que son muñecos japoneses, estos se usan para expresar amistad y fidelidad.
En relación con la nueva generación se ha notado mucha curiosidad tanto por aprender como por usar, es un atractivo para los jóvenes veinteañeros y treintañeros.
"A las jóvenes les gusta usar prendas tejidas, incluso tengo clientes, hombres y les tejo zapatos, camisas, etc.", comentó.
El tejido siempre se ha podido destacar de entre otras artes, que es un trabajo minucioso “he notado que la gente aprecia más el tejido porque no es un producto de necesidad en nuestros países, ya que no está dirigido al consumo primario”.
Yulimar, quien se encuentra ubicada en Táchira, dicta cursos básicos para aprender a tejer con dos modalidades para más facilidad. Sí desea que la clase sea presencial tiene un costo de $ 25, 10 horas de clase, si lo desea online sería $ 3 por hora.
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