El Instituto Venezolano para el Desarrollo Integral del Niño (Invedin), es una organización que en este 2023 cumplirá 50 años realizando un trabajo extraordinario en la sociedad.
Principalmente su misión está enfocada en la ayuda para infantes y adolescentes con condiciones especiales que requieren una mejor calidad de vida para su desarrollo.
La asociación sin fines de lucro tiene como valores principales la pasión, integridad y excelencia. Aspectos que se reflejan en el servicio y atención que ofrecen en sus espacios y en las comunidades donde realizan acciones sociales.
Las contribuciones en zonas populares van desde jornadas odontológicas y de salud, en las que incluyen a padres y representantes.
También realizan planes vacacionales, este 2023 tienen como meta llegar a más de “600 niños y niñas (de Petare), y sus grupos familiares”.
En su espacio semanal, La Conversa 2.0, 2001 entrevistó a Mónica Castro Russián quien es psicóloga, docente y directora ejecutiva de Invedin para conocer más detalles de las actividades que realizan como institución y de algunas de las herramientas que ofrecen a quienes acuden a ella.
Actualmente hay 1.900 niños y adolescentes recibiendo atención. De esta cifra, más de 60 % provienen de sectores deprivados o de bajos recursos.
De igual modo, ofrecen una gama de servicios que incluyen más de una veintena de evaluaciones especializadas para el tratamiento de niños y adolescentes con alguna condición especial en el “desarrollo cognoscitivo, conductual, del lenguaje, motor o socio-emocional”.
Asimismo, se encargan de formar profesionales en áreas relacionadas con la “detección e intervención de alteraciones del desarrollo”. Esto en trabajo conjunto con universidades de prestigio dentro del país.
¿Cuáles son los pilares de ayuda que tiene Invedin?
“Como una mesita de cuatro patas” describe Mónica Castro Russián a la institución. Esto en referencia a que las labores se basan en un cuarteto de pilares fundamentales que son “evaluaciones y tratamientos, un colegio de Educación Especial, una formación para profesionales que se llama Centro de Investigaciones y Estudios de Postgrado de Invedin (Ciepi) y proyectos directos en comunidad”.
En la primera fase que ejecuta Invedin bajo el Centro de Evaluación y Tratamiento (CET), trabajan en la atención en niños que presentan trastornos del neurodesarrollo. Explica la directora ejecutiva que esto se traduce a pequeños que “tienen trastornos del espectro autista” o “algún tipo de discapacidad intelectual”.
Igualmente, apoyan a personas con “trastornos de la conducta” que son “desafiantes o rebeldes o “niñitos, jóvenes y adolescentes que puedan presentar alguna afectación en relación al estado de ánimo, que son ansiosos o son depresivos”.
La psicóloga expresa que, en este caso atienden “a toda una gama de niños que tienen algunas afectaciones que requieren tratamiento de educación especial”, es decir, que poseen “una discapacidad intelectual acompañada con alguna otra condición, puede ser, síndrome de down” u otra.
Castro Russián también describió el segundo pilar, este es el Centro de Educación Especial (CEE), el cual es una institución inscrita en el Ministerio de Educación, cuya sede está ubicada en Colinas de Bello Monte, Caracas.
En este espacio imparten educación integral para personas entre los 3 y 25 años de edad.
Mucha demanda
Comenta la también docente que, actualmente el plantel ha recibido una gran demanda de solicitudes para el ingreso de menores de edad a este sistema. Pero a su vez indicó que, hace falta mayores recursos para poder ampliar el diámetro de asistencias. Es por ello que llaman a la donación y al padrinazgo para un niño o adolescente con condición especial.
Pese a esta alta tasa de solicitudes, la directora destacó que a través de sus canales digitales y correo electrónico [email protected] dan respuesta a los casos de manera efectiva.
Entre las actividades de Invedin también está la formación de profesionales, debido que la educación es una herramienta importante que debe ser impulsada en el país. Aún más cuando se trata de especializaciones, pues representan un plus al momento de afrontar retos profesionales que ayuden a paliar determinada situación.
En este sentido, el Ciepi abre paso a la capacitación de profesionales. Para ello, Invedin tiene alianzas con la Universidad Monteávila y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). En la primera, se desarrolla el “diplomado en alteraciones en el desarrollo”, y en la segunda, se espera la reapertura de una maestría, dijo Castro Russián.
La experta destaca que tienen “más de ocho cohortes de estudiantes, que son esos profesionales que quieren seguir formándose”.
La última etapa es el Programa de Asistencia Social (PAS), práctica que es demandante en la nación, puesto que es necesario el aporte de figuras prestas a ayudar financieramente para expandir más programas hacia las zonas menos favorecidas.
Invedin y sus alianzas en las comunidades
Castro Russián narra que la organización tiene proyectos para “la comunidad que no tiene acceso a las atenciones” necesarias en casos de condiciones neurológicas, motoras o de alteraciones de conductas.
La psicóloga explicó que ahora tienen “un proyecto que está en alianza con Fe y Alegría en el colegio Jesús Maestro en la zona 10 de Petare.
“Tenemos otro proyecto, podría desarrollarse con el Jenaro Aguirre también en Petare”, agregó.
Pero también apuntan a tener relación con “todos los buenos corazones que nos quieran apoyar” y de esta forma “ir más allá de lo que son nuestros espacios”, acotó, la directora de la organización.
¿Qué son los Corazones Blancos?
La situación que atraviesa Venezuela toca músculos principales en lo económico, político y social.
Es por ello que las ONG que hacen vida en el país apelan a la voluntad de ciudadanos, empresas y otros entes que se unan a una buena causa para socorrer a quienes más lo necesitan.
Con miras a ofrecer bienestar, Invedin tiene la campaña Corazones Blancos, la cual trata de sumar padrinos que ofrezcan cooperación económica a los infantes y jóvenes que atienden. Otra figura es la de donación voluntaria.
La finalidad es que más personas naturales y empresas se incluyan a este programa y de “una manera recurrente, puede ser cada mes, cada tres meses o en el momento en que pueda” realizar un aporte monetario “para apoyar a esa familia que de una u otra manera no podrían recibir los beneficios de atender a alguno de sus hijos”.
Castro Russián destaca que el “poder de la solidaridad” va primero en estos escenarios, porque los recursos financieros son recibidos de “acuerdo a las capacidades de cada una de las personas que nos apoyan de manera solidaria pero que tiene un impacto trascendente” para los chicos que lo requieren.
Próxima actividad
Con el propósito de dar a conocer el compromiso de Invedin y de incluir a más protectores, se espera que pronto proyecten “Un Regalo Para Toda la Vida”.
Esta actividad está dirigida principalmente a actores de la sociedad civil que con sus aportes deseen contribuir en pro de mejorar la vida de un núcleo familiar que tenga un niño con una condición especial.
Por último, Mónica Castro Russián apunta que es imprescindible tener aliados que estén abiertos a ser “forjadores de futuro para otros”.
“Podemos ser mejores aun en situaciones tan difíciles como las que vivimos en Venezuela, importante es que hagamos en acciones las cosas y dentro de nuestras posibilidades, de nuestro metro cuadrado podamos trascender”, reflexionó.
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