Cada 2 de mayo se celebra el Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar, con el objetivo de concienciar sobre esta problemática que sufren millones de niños y jóvenes en todo el mundo, además de buscar los mecanismos para evitar esta problemática que, hoy, se ha convertido en un peligro para la población infantil y juvenil.
Asociaciones de padres y diversas organizaciones no gubernamentales establecieron esta fecha para concienciar sobre los riesgos del acoso escolar y los métodos para evitar la violencia en los colegios y para establecer un protocolo de actuación ante casos de este tipo.
¿Qué es el bullying o acoso escolar?
El bullying o acoso escolar es la exposición que sufre un niño o adolescente a daños físicos y psicológicos de forma intencionada por parte de otro, o de un grupo de ellos, cuando acude al colegio.
“Un empujón que se repite, un apodo que denigra. Un insulto cada vez que le toca salir a la pizarra. En la escuela o en el instituto, existen muchas formas de ejercer y sufrir violencia entre iguales. También hay muchas formas de tratar la situación, para ello la comunidad educativa, los padres y los compañeros deben contribuir para que el acoso escolar no continúe existiendo”, explicó el psicólogo, Daniel González.
Para el especialista, el bullying o acoso escolar puede producir efectos negativos en la salud física, el bienestar emocional y el rendimiento académico de los niños y adolescentes especialmente si dicha violencia se repite muchas veces.
Factores para que el acoso escolar se desarrolle
“Las causas del bullying pueden residir en los modelos educativos que son un referente para los niños, en la ausencia de valores, de límites y de reglas de convivencia; en recibir castigos a través de la violencia o la intimidación y en aprender a resolver los problemas y las dificultades con la violencia”, puntualizó González.
Asimismo, destacó que en cualquier situación, es importante estudiar el caso de cada niño en concreto para comprender qué hay detrás de esa agresividad hacia sus compañeros. “Dar apoyo desde la empatía es importante para acabar con las situaciones de acoso escolar”, aseveró.
Tipos de acoso escolar o bullying
El acoso escolar o bullying, puede clasificarse según el tipo de violencia que caracteriza esta relación de poder entre un agresor y una víctima.
Dentro de las categorías están: físico, emocional, verbal, vía internet y sexual. Cada uno puede presentarse de forma independiente o complementar otra forma de violencia que ya exista.
1) Bullying físico:
Corresponde a cualquier contacto que haya entre el agresor, los testigos y la víctima, sin el consentimiento de esta última persona. Generalmente cuando se habla de bullying físico, se tiende a pensar que solo son golpes fuertes, palizas, etc. Sin embargo, este tipo de agresión puede ir desde un simple empujón o manoseo.
2) Bullying emocional:
También conocido como bullying psicológico, es una de las formas de bullying más complejas de detectar, ya que tiende a ser manifestado a espaldas de la víctima dado que su objetivo es menoscabar a una persona y evitar que se integre a algún grupo.
3) Bullying verbal:
Es la forma de abuso escolar más frecuente y su objetivo es atacar a la otra persona haciendo notar que es distinto al resto, resaltando características negativas (físicas, psicológicas o sociales). Este tipo de agresión tiende a estigmatizar a las víctimas, quienes están indefensas frente a este tipo de ataque, dado que cuentan con una baja autoestima.
4) Ciberbullying:
Esta es una forma de acoso que nació con las tecnologías 2.0 y permite que el hostigamiento verbal esté presente en más de un área de la vida de la víctima. Así es como los mensajes de Whastapp, publicaciones en redes sociales como Facebook e Instagram y hasta correos electrónicos, son utilizados para que la víctima sufra constantemente el acoso.
Señales de alarma ante un caso de bullying o acoso escolar
Para el experto los niños o adolescentes muestran comportamientos que pueden ser fácilmente reconocibles ante las situaciones de acoso escolar. Es por ello que indica las siguientes señales de alerta.
- Cambios repentinos de humor.
- Lesiones o heridas que no tienen explicación.
- Pérdida o daño de objetos personales.
- Menor rendimiento escolar.
- Aumento en la frecuencia de dolores de cabeza o de estómago.
- Cambios repentinos en los hábitos alimenticios.
- Problemas para dormir.
- Exceso de cuidado por el celular o la computadora.
- Excusas para no ir a la escuela.
- Evasión de cualquier tema relacionado con la escuela.
- Aislamiento social.
- Baja autoestima.
- Conductas autodestructivas.
Recomendaciones para tratar y prevenir el acoso escolar
La doctora Mónica Hernández, pediatra y psicóloga infantil explicó que el acoso escolar no es una práctica social nueva y se atribuye a que anteriormente los jóvenes compartían más tiempo con sus padres, los principales encargados de inculcarles valores y códigos de conducta.
“Actualmente los estilos de vida han cambiado. Ambos padres deben trabajar y el tiempo para compartir con los hijos se reduce a una hora diaria. Esto hace que estén el mayor tiempo posible expuestos a contenidos inadecuados. Los niños se encuentran en plena etapa de formación y recibir temas no aptos para su edad, pueden modificar su percepción del mundo drásticamente. De esta manera tenemos un ambiente creado para el acoso escolar”, indicó la especialista.
Hernández dio algunos consejos para que los padres puedan manejar el acoso escolar:
- Los padres deben monitorear su propia conducta porque los hijos copian lo bueno y lo malo de su entorno familiar.
- Establecer estándares de conducta, límites y expectativas claras para sus hijos, dentro y fuera de la escuela.
- Proporcionar un vínculo afectivo seguro para el niño, que sepa que lo apoya y pueden contar con usted.
- Mostrar conductas de empatía para demostrar que está tratando de entender cómo se siente la otra persona.
- Proporcionar modelos apropiados de resolución de conflictos. Ofrecer sugerencias o consejos para tratar con compañeros o situaciones conflictivas.
- Involucrarse en la vida escolar de sus hijos revisando sus tareas, conociendo a los maestros, leyendo con sus hijos y asistiendo a las actividades escolares.
“El acoso escolar no es una forma de divertirse, nadie lo merece, no es parte de la infancia y no forma ni fortalece el carácter del niño. Ser burlado, golpeado, excluido o amenazado no es normal y no es un comportamiento socialmente aceptado a ninguna edad. Debemos promover la empatía, es decir, enseñarles a los niños a ponerse en los zapatos de los demás. Es vital impulsar el respeto para garantizar la convivencia pacífica entre iguales sin prejuicios ni discriminación”, concluyó la psicóloga.
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